jueves, 3 de diciembre de 2020

El origen de la navidad

La navidad es una de las celebraciones más importantes en todo el mundo. Es un hito importante para nosotros, el final de un año, tiempo de regalos, festejos, reuniones familiares y, para los cristianos practicantes, una emotiva fiesta religiosa.

Aunque la Navidad es actualmente época de regalos, de celebraciones y reuniones familiares, lo cierto es que su origen responde a otros factores históricos que involucran al poderoso Imperio Romano, a ritos paganos y poco tienen que ver con el hecho histórico de conmemorar el nacimiento del niño Jesús.

Todos sabemos que el 25 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, pero la verdad es que se desconoce la fecha exacta de este hecho histórico. El análisis de ciertos fragmentos de los evangelios y de otros documentos de aquella época, han permitido a los historiadores realizar diferentes hipótesis acerca del nacimiento de Jesucristo. Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros concluyen que fue en Septiembre u Octubre.

Aunque normalmente asociamos el origen de la Navidad a los mitos cristianos y al catolicismo, porque representa el nacimiento del niño Jesús; en realidad esto es un error, al menos tal y como tenemos hoy en día aceptada la Navidad.

Precisamente, por esta duda entre la Navidad pagana y la Navidad cristiana, hubo un caso en 1.990 en el que la junta escolar de Solon (Ohio) decidió eliminar todas la representaciones de la Navidad en cualquier ámbito escolar, puesto que era una práctica en contra del Estado laico de la ciudad, es decir, no respetaba la separación entre Iglesia y Estado. Igualmente, la junta perdió el caso porque las familias se opusieron a que sus hijos no pudiesen celebrar la Navidad en el colegio, defendiendo que la práctica de la navidad era un acto secular y formaba parte de todas las culturas del mundo. A pesar que la junta perdiera el caso, sí lograron eliminar las oraciones y la lectura de la biblia, asociadas a la celebración de la Navidad.

Lo cierto en que el origen de la Navidad no es para nada cristiano.

El verdadero origen de la Navidad es pagano. La primera vez que podemos oír hablar de las Navidades celebradas el 25 de diciembre (tal y como lo conocemos hoy) surgió casi dos siglos después del nacimiento de cristo por lo que, incluso después del nacimiento del niño Jesús, las Navidades se seguían celebrando en torno a la figura de Saturno que los romanos implantaron.

Los romanos celebraban la Saturnalia romana, que no era un festival que representaba el solsticio de invierno y honraban al dios Saturno. Durante esta fiesta, los romanos se alborotaban y por ello, los pocos cristianos que existían en aquella época, se oponían a esas celebraciones tan descontroladas. De esta manera se dice que la Navidad surgió para sustituir la celebración de Saturno, rey del Sol, que en inglés es sun, por lo que se tomó como el nacimiento del hijo de Dios, que en inglés es son.

Más tarde, cuando la religión cristiana se impuso en todo el Imperio Romano, el rey Justiniano declaró la Navidad como fiesta cívica, aunque poco duró esta compostura, pues en la Edad Media las fiestas navideñas se convirtieron en días para beber y estar de juerga de la mañana a la noche.

Si observamos costumbres antiguas, puede parecer muy raro celebrar el nacimiento de alguien ya que en los primeros siglos de Iglesia Cristiana, se solía celebrar la muerte de las personas que eran importantes y no sus nacimientos.

También tenemos que observar la siguiente cita para darnos cuenta que, en realidad, esta festividad no es aceptada en la Biblia: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mat. 15:9). La Navidad no es un mandamiento de Dios, es una tradición de los hombres. Cristo continuó: “Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. (Marcos 7:9).

La Saturnalia se celebraba cuando el sol estaba más bajo en el cielo y, así, los días se hacían más largos. Eso simbolizaba el crecimiento. Durante esta época se honraba a Saturno, dios del Sol y del fuego. También era relacionado con la agricultura, pues esta necesitaba el sol para poder sembrar y que las cosechas creciesen. El festival de invierno llamaba a este dios del Sol para que volviese y las cosechas siguiesen creciendo.

El planeta Saturno también toma el nombre de este Dios, pues sus anillos y el color rojo marcaban esta asociación.

En el resto de las civilizaciones y culturas, también existía este dios del fuego y del sol. En Egipto lo llamaban Vulcano, los griegos le llamaban Cronos, los babilonios Tamuz o Nimrod cuando resucita en su hijo, y Moloc o Baal para los druidas. Para ellos, todos estos dioses eran Nimrod, considerado el padre de los dioses babilonios.

Saturno también era considerado un devorador de niños pues, al ser el padre de los dioses, debía tener un carácter intachable. Llevando el nombre de Cronos, cuenta la historia que devoraba a sus hijos según nacían.

Si te estás preguntando por qué consideraban necesario sacrificar a los niños para adorar a este dios, se debe simplemente a que creían al fuego como algo divino que limpiaba pecados y defectos que pasaban de generación en generación, por lo que a los niños debían quemarlos para eliminar estas genéticas.

Aunque en la edad moderna nos referimos a Santa Claus por San Nicolás, en una edad anterior, Santa era el nombre del dios Nimrod en Asia menor. Si lo pensamos un poco, veremos que el centro de las Navidades, en todas sus etapas, siempre ha estado protagonizado por los niños. Durante los tiempos romanos, los regalos se daban a niños y pobres; y los druidas sacrificaban a los niños para el dios que adoraban en estas fechas. De esta misma manera, Nimrod o el Santa pasado,  devoraba a los niños y, hoy en día les reparte regalos.

Igualmente, también debemos analizar la figura de San Nicolás, que proviene de un personaje llamado el alegre Nick o el viejo Nick. Si nos centramos en su nombre, Nick proviene de Nikos que significa constructor y destructor, mientras que Laos significa pueblo. Los nicolaítas (seguidores de San Nicolás) se definen entonces como “el pueblo que sigue al destructor”, que no deja de ser, de nuevo, Nimrod.

El origen los regalos de Navidad se remonta a los romanos cuando, en Saturnalia, intercambiaban regalos unos con otros. Y como es de suponer esto tampoco es una tradición relacionada con el cristianismo. Durante estas fechas no hacemos ofrendas a Dios, si no que nos las hacemos a nosotros mismos en forma de regalos, olvidando completamente la figura de Cristo. De hecho, según indica la Biblia, el cumpleaños tampoco debería ser celebrado, porque están siendo, del mismo modo, egoístas con Dios que hizo nacer al ser humano.

Como indica la biblia, en el momento que los Reyes Magos le ofrecen obsequios al niño Jesús, es lo que en realidad debería ser la Navidad: unas fechas para hacer ofrendas a Cristo.

Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?… Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:1-11).

De esta manera, nos damos cuenta que las costumbres y celebraciones que realizamos en Navidad, no tienen nada que ver con un origen cristiano y, por lo tanto, no es una celebridad cristiana, tal y como sucede con su origen real.

Según leemos en las escrituras, por las descripciones que nos dan de aquel día, no es posible que Cristo naciera el 25 de diciembre. La razón es que los judíos enviaban a sus ovejas a los desiertos cerca de la Pascua y estas volvían cuando llegaban las primeras lluvias, que comenzaban durante el otoño. Cuando Jesús nació, las ovejas pastaban al aire libre, por lo que todavía no había llegado octubre, por lo que es difícil encajar al nacimiento de Jesús en el 25 de diciembre y este ha tenido que ser a finales de septiembre o principios de octubre.

Las escrituras que explican el nacimiento de Jesús, se recogen en Lucas y así se cuenta: “En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche”. (Lucas 2:8).

Pero, entonces, ¿por qué asociamos el 25 de diciembre a la Navidad?...

En la cultura romana de la época, el 25 de diciembre se celebraba el nacimiento de Mitra, el dios iraní de la Justicia. También el 1º de enero, celebraban el año nuevo decorando sus casas con luces y dando regalos a pobres y a niños. Para entonces habían adquirido otras costumbres germánicas y celtas como el tronco navideño, los abetos y la comida. Estas costumbres eran también las propias del Festival de Navidad.

El 25 de diciembre no fue elegido para la Navidad porque fuese el nacimiento de Cristo, si no que era la mejor formar de sustituir la Saturnalia, una celebración pagana que, cuando el mundo eclesiástico se impuso, debía ser totalmente exterminada.

La explicación más consistente de los historiadores es que el origen de la Navidad estuvo relacionado con una serie de decisiones tomadas por los altos mandos de la iglesia cristiana en los siglos III y IV. Entre ellas, se considera como la más determinante, la moción del Papa Julio I en el año 350 para establecer la navidad el 25 de diciembre. Esto fue decretado 4 años después por el Papa Liberio.

El porqué de la elección de esta fecha se relaciona con la necesidad de la recientemente oficializada religión cristiana de imponerse sobre los tradicionales cultos paganos romanos. En diciembre se celebraba, en el gran espacio ocupado por el Imperio Romano, el culto a Saturno, dios de la agricultura, principal sustento y actividad económica de estos pueblos. Las Saturnales se realizaban del 17 al 23 de diciembre, los días más cortos del año, y luego el 25 de diciembre se consideraba en nacimiento del nuevo sol.

La iglesia cristiana eligió entonces el 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús como estrategia en su proceso de expansión, en el que sistemáticamente buscó absorber y fusionar sus celebraciones con los ritos paganos de los diversos pueblos convertidos. El ritual de la navidad fue evolucionando con los siglos, lo que festejamos hoy día es muy distante de estas primeras navidades, y responde principalmente a costumbres originarias del siglo XIX y a la influencia de la sociedad de consumo.

De todos modos, la verdadera historia del origen de la navidad no debe distanciarnos de nuestras creencias personales y familiares. Puesto que la esencia de estas fiestas trasciende lo histórico, y reside en lo espiritual, y está muy bien que así sea.

 

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!

 

Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez.

 

 

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