La navidad es una de las celebraciones más importantes en todo el mundo. Es un hito importante para nosotros, el final de un año, tiempo de regalos, festejos, reuniones familiares y, para los cristianos practicantes, una emotiva fiesta religiosa.
Aunque la Navidad es
actualmente época de regalos, de celebraciones y reuniones familiares, lo
cierto es que su origen responde a otros factores históricos que involucran al
poderoso Imperio Romano, a ritos paganos y poco tienen que ver con el hecho
histórico de conmemorar el nacimiento del niño Jesús.
Todos sabemos que el
25 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, pero la verdad
es que se desconoce la fecha exacta de este hecho histórico. El análisis de
ciertos fragmentos de los evangelios y de otros documentos de aquella época,
han permitido a los historiadores realizar diferentes hipótesis acerca del
nacimiento de Jesucristo. Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros
concluyen que fue en Septiembre u Octubre.
Aunque normalmente
asociamos el origen de la Navidad a los mitos cristianos y al catolicismo, porque
representa el nacimiento del niño Jesús; en realidad esto es un error, al menos
tal y como tenemos hoy en día aceptada la Navidad.
Precisamente, por esta
duda entre la Navidad pagana y la Navidad cristiana, hubo un caso en 1.990 en
el que la junta escolar de Solon (Ohio) decidió eliminar todas la
representaciones de la Navidad en cualquier ámbito escolar, puesto que era una
práctica en contra del Estado laico de la ciudad, es decir, no respetaba la
separación entre Iglesia y Estado. Igualmente, la junta perdió el caso porque
las familias se opusieron a que sus hijos no pudiesen celebrar la Navidad en el
colegio, defendiendo que la práctica de la navidad era un acto secular y
formaba parte de todas las culturas del mundo. A pesar que la junta perdiera el
caso, sí lograron eliminar las oraciones y la lectura de la biblia, asociadas a
la celebración de la Navidad.
Lo cierto en que el
origen de la Navidad no es para nada cristiano.
El verdadero origen de
la Navidad es pagano. La primera vez que podemos oír hablar de las Navidades
celebradas el 25 de diciembre (tal y como lo conocemos hoy) surgió casi dos
siglos después del nacimiento de cristo por lo que, incluso después del
nacimiento del niño Jesús, las Navidades se seguían celebrando en torno a la
figura de Saturno que los romanos implantaron.
Los romanos celebraban
la Saturnalia romana, que no era un festival que representaba el solsticio de
invierno y honraban al dios Saturno. Durante esta fiesta, los romanos se
alborotaban y por ello, los pocos cristianos que existían en aquella época, se
oponían a esas celebraciones tan descontroladas. De esta manera se dice que la
Navidad surgió para sustituir la celebración de Saturno, rey del Sol, que en
inglés es sun, por lo que se tomó como el nacimiento del hijo de Dios, que en
inglés es son.
Más tarde, cuando la
religión cristiana se impuso en todo el Imperio Romano, el rey Justiniano
declaró la Navidad como fiesta cívica, aunque poco duró esta compostura, pues
en la Edad Media las fiestas navideñas se convirtieron en días para beber y
estar de juerga de la mañana a la noche.
Si observamos
costumbres antiguas, puede parecer muy raro celebrar el nacimiento de alguien
ya que en los primeros siglos de Iglesia Cristiana, se solía celebrar la muerte
de las personas que eran importantes y no sus nacimientos.
También tenemos que
observar la siguiente cita para darnos cuenta que, en realidad, esta festividad
no es aceptada en la Biblia: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas,
mandamientos de hombres” (Mat. 15:9). La Navidad no es un mandamiento de Dios, es
una tradición de los hombres. Cristo continuó: “Bien invalidáis el mandamiento
de Dios para guardar vuestra tradición. (Marcos 7:9).
La Saturnalia se
celebraba cuando el sol estaba más bajo en el cielo y, así, los días se hacían
más largos. Eso simbolizaba el crecimiento. Durante esta época se honraba a
Saturno, dios del Sol y del fuego. También era relacionado con la agricultura,
pues esta necesitaba el sol para poder sembrar y que las cosechas creciesen. El
festival de invierno llamaba a este dios del Sol para que volviese y las
cosechas siguiesen creciendo.
El planeta Saturno
también toma el nombre de este Dios, pues sus anillos y el color rojo marcaban
esta asociación.
En el resto de las
civilizaciones y culturas, también existía este dios del fuego y del sol. En
Egipto lo llamaban Vulcano, los griegos le llamaban Cronos, los babilonios
Tamuz o Nimrod cuando resucita en su hijo, y Moloc o Baal para los druidas.
Para ellos, todos estos dioses eran Nimrod, considerado el padre de los dioses
babilonios.
Saturno también era
considerado un devorador de niños pues, al ser el padre de los dioses, debía
tener un carácter intachable. Llevando el nombre de Cronos, cuenta la historia
que devoraba a sus hijos según nacían.
Si te estás preguntando
por qué consideraban necesario sacrificar a los niños para adorar a este dios,
se debe simplemente a que creían al fuego como algo divino que limpiaba pecados
y defectos que pasaban de generación en generación, por lo que a los niños
debían quemarlos para eliminar estas genéticas.
Aunque en la edad
moderna nos referimos a Santa Claus por San Nicolás, en una edad anterior,
Santa era el nombre del dios Nimrod en Asia menor. Si lo pensamos un poco,
veremos que el centro de las Navidades, en todas sus etapas, siempre ha estado protagonizado
por los niños. Durante los tiempos romanos, los regalos se daban a niños y
pobres; y los druidas sacrificaban a los niños para el dios que adoraban en
estas fechas. De esta misma manera, Nimrod o el Santa pasado, devoraba a los niños y, hoy en día les
reparte regalos.
Igualmente, también
debemos analizar la figura de San Nicolás, que proviene de un personaje llamado
el alegre Nick o el viejo Nick. Si nos centramos en su nombre, Nick proviene de
Nikos que significa constructor y destructor, mientras que Laos significa
pueblo. Los nicolaítas (seguidores de San Nicolás) se definen entonces como “el
pueblo que sigue al destructor”, que no deja de ser, de nuevo, Nimrod.
El origen los regalos de
Navidad se remonta a los romanos cuando, en Saturnalia, intercambiaban regalos
unos con otros. Y como es de suponer esto tampoco es una tradición relacionada
con el cristianismo. Durante estas fechas no hacemos ofrendas a Dios, si no que
nos las hacemos a nosotros mismos en forma de regalos, olvidando completamente
la figura de Cristo. De hecho, según indica la Biblia, el cumpleaños tampoco
debería ser celebrado, porque están siendo, del mismo modo, egoístas con Dios
que hizo nacer al ser humano.
Como indica la biblia,
en el momento que los Reyes Magos le ofrecen obsequios al niño Jesús, es lo que
en realidad debería ser la Navidad: unas fechas para hacer ofrendas a Cristo.
Cuando Jesús nació en
Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos
magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?… Y al entrar
en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron;
abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:1-11).
De esta manera, nos
damos cuenta que las costumbres y celebraciones que realizamos en Navidad, no
tienen nada que ver con un origen cristiano y, por lo tanto, no es una
celebridad cristiana, tal y como sucede con su origen real.
Según leemos en las
escrituras, por las descripciones que nos dan de aquel día, no es posible que
Cristo naciera el 25 de diciembre. La razón es que los judíos enviaban a sus
ovejas a los desiertos cerca de la Pascua y estas volvían cuando llegaban las
primeras lluvias, que comenzaban durante el otoño. Cuando Jesús nació, las
ovejas pastaban al aire libre, por lo que todavía no había llegado octubre, por
lo que es difícil encajar al nacimiento de Jesús en el 25 de diciembre y este
ha tenido que ser a finales de septiembre o principios de octubre.
Las escrituras que
explican el nacimiento de Jesús, se recogen en Lucas y así se cuenta: “En la
misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños
durante las vigilias de la noche”. (Lucas 2:8).
Pero, entonces, ¿por
qué asociamos el 25 de diciembre a la Navidad?...
En la cultura romana de
la época, el 25 de diciembre se celebraba el nacimiento de Mitra, el dios iraní
de la Justicia. También el 1º de enero, celebraban el año nuevo decorando sus
casas con luces y dando regalos a pobres y a niños. Para entonces habían
adquirido otras costumbres germánicas y celtas como el tronco navideño, los
abetos y la comida. Estas costumbres eran también las propias del Festival de
Navidad.
El 25 de diciembre no
fue elegido para la Navidad porque fuese el nacimiento de Cristo, si no que era
la mejor formar de sustituir la Saturnalia, una celebración pagana que, cuando
el mundo eclesiástico se impuso, debía ser totalmente exterminada.
La explicación más
consistente de los historiadores es que el origen de la Navidad estuvo
relacionado con una serie de decisiones tomadas por los altos mandos de la
iglesia cristiana en los siglos III y IV. Entre ellas, se considera como la más
determinante, la moción del Papa Julio I en el año 350 para establecer la
navidad el 25 de diciembre. Esto fue decretado 4 años después por el Papa
Liberio.
El porqué de la
elección de esta fecha se relaciona con la necesidad de la recientemente
oficializada religión cristiana de imponerse sobre los tradicionales cultos
paganos romanos. En diciembre se celebraba, en el gran espacio ocupado por el
Imperio Romano, el culto a Saturno, dios de la agricultura, principal sustento
y actividad económica de estos pueblos. Las Saturnales se realizaban del 17 al
23 de diciembre, los días más cortos del año, y luego el 25 de diciembre se
consideraba en nacimiento del nuevo sol.
La iglesia cristiana
eligió entonces el 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús como
estrategia en su proceso de expansión, en el que sistemáticamente buscó
absorber y fusionar sus celebraciones con los ritos paganos de los diversos
pueblos convertidos. El ritual de la navidad fue evolucionando con los siglos,
lo que festejamos hoy día es muy distante de estas primeras navidades, y
responde principalmente a costumbres originarias del siglo XIX y a la
influencia de la sociedad de consumo.
De todos modos, la
verdadera historia del origen de la navidad no debe distanciarnos de nuestras
creencias personales y familiares. Puesto que la esencia de estas fiestas
trasciende lo histórico, y reside en lo espiritual, y está muy bien que así
sea.
FELIZ NAVIDAD PARA
TODOS!
Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez.
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