jueves, 10 de septiembre de 2020

Vivir en democracia

La democracia, del latín tardío democratĭa, y este del griego δημοκρατία dēmokratía, es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. Es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo con mecanismos de participación directa o indirecta que legitiman a sus representantes. Es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen según mecanismos contractuales.

Se define a partir de la clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después, en 3 tipos básicos: Monarquía (gobierno de uno), Aristocracia (gobierno de los mejores, para Platón; de los menos, para Aristóteles), Democracia (gobierno de la multitud, para Platón y de los más, para Aristóteles.​

Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. Es democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse para ejercer influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.

Hay democracia directa cuando la decisión es adoptada por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos y referéndums vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Estas 3 formas no son excluyentes y se integran como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos, aunque suele haber un mayor peso de una de las 3 formas en un sistema político concreto.

No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno de la gente.

El término democracia proviene del griego antiguo δημοκρατία, y fue acuñado en Atenas en el siglo V A. C. a partir de los vocablos δῆμος o dḗmos, que se traduce como pueblo, y -κρατία -kratía, de la raíz de κράτος (krátos, traducida como fuerza, dominio o poder.​

El término demos parece haber sido un neologismo derivado de la fusión de las palabras demiurgos (demiurgi) y geomoros (geomori).​ El historiador Plutarco señaló que los geomoros y demiurgos, eran junto a los eupátridas, las 3 clases en las que Teseo dividió la población libre del Ática, adicionalmente la población estaba integrada por los metecos, esclavos y las mujeres. Los eupátridas eran los nobles, los demiurgos eran los artesanos, y los geomoros eran los campesinos.

Estos 2 últimos grupos, en creciente oposición a la nobleza, formaron el demos. Textualmente entonces democracia significaría, según Plutarco, el “gobierno de los artesanos y campesinos», excluyendo del mismo expresamente a los esclavos y a los nobles”.

Algunos pensadores consideran la democracia ateniense como el primer ejemplo de un sistema democrático. Otros han criticado esta conclusión, argumentando por un lado que tanto en la organización tribal como en antiguas civilizaciones en todo el mundo existen ejemplos de sistemas políticos democráticos,​ y que solo una pequeña minoría del 10 % de la población tenía derecho a participar de la llamada democracia ateniense, excluyendo la mayoría de trabajadores, campesinos, esclavos y las mujeres.

El significado del término ha cambiado varias veces con el tiempo, y la definición moderna ha evolucionado mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII, con la introducción de sistemas democráticos en muchas naciones y a partir del reconocimiento del sufragio universal y del voto femenino en el siglo XX. Hoy en día, las democracias existentes son distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre.

La democracia aparece por primera vez en muchas de las antiguas civilizaciones que organizaron sus instituciones sobre la base de los sistemas comunitarios e igualitarios tribales, la democracia tribal.

Entre los casos más conocidos se encuentra la breve experiencia de algunas ciudades estado de la Antigua Grecia, en especial Atenas alrededor del año 500 A. C. Las pequeñas dimensiones y la escasa población de las polis o ciudades griegas, explican la posibilidad que apareciera una asamblea del pueblo, de la que solo formaron parte los varones libres, excluyendo al 75 % de la población integrada por esclavos, mujeres y extranjeros.

La asamblea fue el símbolo de la democracia ateniense.

En la democracia griega no existía la representación, los cargos de gobierno eran ocupados alternativamente por todos los ciudadanos y la soberanía de la asamblea era absoluta. Estas restricciones y la reducida población de Atenas, unos 300 mil habitantes, permitieron minimizar las obvias dificultades logísticas de esta forma de gobierno.

En la América del siglo XII se formó la Liga Democrática y Constitucional de Haudenosaunee, integrada por las naciones Séneca, Cayuga, Oneida, Onondaga y Mohicanos, donde se consagraron los principios de limitación y división del poder, así como de igualdad democrática de hombres y mujeres. La democracia de Haudenosaunee ha sido considerada el antecedente más directo de la democracia moderna.​

Durante la Edad Media europea se utilizó el término democracias urbanas, para designar a las ciudades comerciales, sobre todo en Italia y Flandes, pero en realidad eran gobernadas por un régimen aristocrático. Existieron algunas democracias llamadas campesinas, como la de Islandia, cuyo primer Parlamento se reunió en 930 y la de los cantones suizos en el siglo XIII. A fines del siglo XII, se organizaron sobre principios democráticos las Cortes del Reino de León (1.188), inicialmente llamado Ayuntamiento, debido a que reunía representantes de todos los estamentos sociales.

En escritos como Guillermo de Ockham, Marsilio de Padua y Altusio aparecen concepciones sobre la soberanía del pueblo, consideradas revolucionarias y que más tarde serían recogidas por autores como Hobbes, Locke y Rousseau. En Europa este República de las Dos Naciones con sistema político de la mancomunidad, llamado Democracia de los Nobles o Libertad dorada, se caracterizaba por la limitación del poder del monarca por las leyes y la cámara legislativa (Sejm) controlada por la Nobleza de Polonia (Szlachta).

Este sistema fue precursor de los conceptos modernos de democracia, ​Monarquía constitucional, y federación.​

En Europa el protestantismo fomentó la reacción democrática al rechazar la autoridad del Papa, aunque hizo más fuerte el poder temporal de los príncipes. Desde el lado católico, la Escuela de Salamanca atacó la idea del poder de los reyes por designio divino, defendiendo que el pueblo era el receptor de la soberanía. A su vez, el pueblo podía retener la soberanía para sí, siendo la democracia la forma natural de gobierno, o bien cederla voluntariamente para dejarse gobernar por una monarquía.

En 1.653 se publicó en Inglaterra el Instrument of Government, donde se consagró la idea de la limitación del poder político mediante el establecimiento de garantías frente al posible abuso del poder real. A partir de 1.688 la democracia triunfante en Inglaterra se basó en el principio de libertad de discusión, ejercida sobre todo en el Parlamento.

En América la revolución de los comuneros de Paraguay de 1.735, sostuvo el principio democrático elaborado por José de Antequera y Castro: la voluntad del común es superior a la del propio rey. Por su parte, en Brasil, los afroamericanos que huyeron de la esclavitud a la que habían sido reducidos por los portugueses, se organizaron en repúblicas democráticas llamadas quilombos, como el Quilombo de los Palmares o el Quilombo de Macaco.

La Independencia de Estados Unidos en 1.776 establece un nuevo ideal para las instituciones políticas de base democráticas, expandido por la Revolución francesa de 1.789 y la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1.809-1.824), difundiendo las ideas liberales, los derechos humanos concretados en la Declaración de Derechos de Virginia y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el constitucionalismo y el derecho a la independencia, principios de la base ideológica sobre la que se desarrolló la evolución política de los siglos XIX y XX.

La suma de estas revoluciones se conoce como las Revoluciones burguesas.

Las constituciones de Estados Unidos de 1.787 con las enmiendas de 1.791, Venezuela en 1.811, España en 1.812, Francia en 1.848, y Argentina en 1.853 tienen características democráticas, que registrarán complejos avances y retrocesos. La evolución democrática inglesa fue mucho más lenta y se manifestó en las sucesivas reformas electorales a partir de 1.832 y que culminaron en 1.911 con la Parliament Act, que consagró la definitiva supremacía de la Cámara de los Comunes sobre la de los Lores.

En realidad recién puede hablarse de la aparición progresiva de países democráticos a partir del siglo XX, con la abolición de la esclavitud, la conquista del sufragio universal, el reconocimiento de la igualdad legal de las mujeres, el fin del colonialismo europeo, el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y las garantías de no discriminación para las minorías raciales y étnicas.

Clásicamente la democracia ha sido dividida en 2 grandes formas: Directa y Representativa.

Los tipos de democracia son:

Democracia indirecta o representativa: El pueblo se limita a elegir sus representantes para que deliberen y tomen las decisiones con el poder que el pueblo les otorga por medio del voto.

Democracia semidirecta o participativa: Algunos autores distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia semidirecta, que suele acompañar a la democracia indirecta. Aquí el pueblo se expresa en circunstancias particulares a través de 4 mecanismos:

Referéndum: El pueblo elige por sí o por no sobre una propuesta.

Plebiscito: El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma (constitución, ley, tratado).

Iniciativa popular: Un grupo de ciudadanos puede proponer la sanción o anulación de una ley.

Destitución popular, revocación de mandato o recall: Los ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizar su periodo.

Democracia directa: Es la democracia en estado puro, como la vivieron sus fundadores atenienses, y se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en asamblea. No existen representantes del pueblo, sino delegados portavoces del pueblo, que emiten el mandato asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no solo por los demócratas de la Antigua Grecia, sino para muchos pensadores modernos como Rousseau.

Democracia líquida: Clase de democracia directa en la que cada ciudadano tiene la posibilidad de votar cada decisión del parlamento y realizar propuestas, pero puede ceder su voto a un representante para decisiones en las que prefiere no participar.


Lic./Psic. J. A. Gòmez Gimènez.