miércoles, 30 de diciembre de 2020

La navidad en Venezuela

La Navidad es la fiesta cristiana más popularizada, pese a que la Iglesia considera que es más importante la Pascua. Y por tal motivo es la que contiene más tradiciones, por ejemplo:

La Cena de Navidad: Consiste en un banquete a medianoche, en honor del nacimiento de Cristo que tuvo lugar a esa hora; de manera parecida al banquete judío del Pésaj. Tradicionalmente se come pavo, bacalao, cerdo, cordero y otros platos, dependiendo del lugar en que se celebre o las tradiciones de la familia.

Los Belenes, Pesebres o Nacimiento navideño: Consisten en la representación del nacimiento de Jesús, mediante una maqueta de Belén y sus alrededores, en la que las figuras principales son el establo en donde nació Jesús, la Sagrada Familia, los animales y los pastores, también los 3 reyes magos y una estrella con una estela que también suele colocarse en lo alto del árbol de Navidad.

Según la tradición, San Francisco de Asís fue su inventor. En Argentina, México, Colombia, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Paraguay, Venezuela, Perú, Chile y Bolivia, la figura del Niño no se coloca hasta la llegada de la Navidad, fecha en que se celebra su nacimiento, y luego de ser arrullado es colocado entre José y María.

La Corona de Adviento: Corona hecha a base de ramas de ciprés o pino atada con un listón rojo en la cual se colocan 4 velas por lo general de color rojo, las cuales marcan los 4 domingos de adviento anteriores al día de Navidad, las familias se reúnen a su alrededor cada domingo, se enciende una vela y se recitan oraciones y villancicos como preparación al Nacimiento de Jesús. Esta tradición es más recurrente en la Iglesia Católica ya que la corona debe ser bendecida en la Iglesia.

Los Villancicos canciones o cantos alusivos al nacimiento de Cristo o a la Sagrada Familia: Algunos como Noche de Paz tienen versiones en varios idiomas o ritmos, con el mismo o distinto nombre.

Las Villas Navideñas representaciones de pueblos en época de nieve.

Las Posadas: Son una serie de fiestas populares, que recuerdan el trayecto de San José y la Virgen María para llegar a Belén. Estas celebraciones tienen lugar del 16 al 24 de diciembre en México y sus países vecinos.

Novena de Aguinaldos: Costumbre católica, donde las familias o grupos de personas se reúnen a rezar un novenario, del 16 al 24 de diciembre, consumir platos típicas de Navidad, como buñuelos o la natilla y cantar villancicos, además de divertirse, y hacer juegos motivo de las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Fue escrita por Fray Fernando de Jesús Larrea en el siglo XVIII.

Las Piñatas: Consiste en una olla de barro adornada con picos y papel picado o figuras de cartón adornadas con papel picado de colores, ambas rellenas de dulces, fruta y en ocasiones juguetes y confetti, que se rompen en cada uno de los días de las Posadas. Según la tradición la piñata debe llevar 7 picos ya que cada uno representa los 7 pecados capitales.

Las Chocolatadas: Son celebraciones para niños durante las semanas previas al 24 de diciembre en el Perú. Consiste en espectáculos infantiles, bailes, y entrega de regalos para todos. Se le denomina así pues es infaltable el chocolate caliente y el panetón (pan de dulce con frutas confitadas).

Un globo de papel seda: Es un artefacto volador que en países como Colombia se suelta durante la celebración de la Navidad; en esta temporada los medios de comunicación y las empresas lanzan campañas que buscan eliminar esta práctica por los riesgos que implica soltar un elemento como este con fuego en su interior; sin embargo sigue siendo una tradición muy arraigada a las personas y no es extraño ver globos durante el 24 y 25 de diciembre por los cielos de sus más importantes ciudades.

También se han convertido en una muestra de la época navideña, en donde las calles, avenidas, plazas, parques, ríos, lagos o montañas se transforman en hermosos escenarios para el disfrute de los habitantes del lugar o visitantes. La mayoría de las ciudades de Occidente, y una buena parte de Oriente, colocan alumbrados llamativos y coloridos, algunos de gran belleza, en sus calles, principalmente en las calles más concurridas, además de árboles de Navidad de gran tamaño, belenes, etc.

También la gente coloca luces navideñas en los balcones y ventanas de sus casas. Especialmente llamativos son los adornos y alumbrados navideños de Alemania, Estados Unidos y algunas ciudades de Europa oriental e Hispanoamérica.

La conmemoración del nacimiento del Hijo de Dios ha originado en todo el mundo Cristiano una de las festividades más entrañables y llenas de significado para el espíritu humano.

En Venezuela, igual que en la mayoría de los países que la celebran, la Navidad es motivo de encuentros familiares, brindis por la paz y la prosperidad, interpretación de música especial: aguinaldos y gaitas; y preparación de elaborados manjares y bebidas.

En las ciudades, las conmemoraciones religiosas se han ido reduciendo al recinto de las iglesias católicas en las cuales se instalan elaborados pesebres y grandes arreglos de flores de Navidad y se celebran las misas dominicales y la misa de media noche el 24 de diciembre, con música de aguinaldos y fuegos artificiales.

Los centros de compras, avenidas principales, plazas y zonas comerciales, son adornados con múltiples luces y grandes pinos artificiales profusamente decorados.

Venezuela es un país rico en tradiciones culturales producto de un largo proceso de mestizaje entre los pueblos indígenas originarios, los europeos y africanos llegados hace 500 años y posteriormente, de las diferentes inmigraciones que han conformado su actual sociedad.

La Navidad es el período más rico en festividades religiosas populares. Se inicia los primeros días de diciembre y continúa durante 40 días hasta la celebración de la fiesta de la Candelaria, cuando se conmemora la Purificación de la Virgen.

El primer domingo de diciembre comienzan las celebraciones en los estados Aragua y Carabobo con una fiesta llamada Velorio, Danza o Romería de los Pastores del Niño Jesús. A partir de la celebración de la Misa, se desarrollan vistosas procesiones y complicadas y alegres danzas en la calle y la iglesia, acompañadas con instrumentos de cuerda y de percusión, para rendir homenaje al Niño Dios.

Todos los celebrantes son hombres pero muchos de ellos visten con atuendos femeninos ya que deben bailar en parejas: Pastores y Pastorcillas, Viejo y Vieja, entre otros.

En los estados andinos Táchira, Mérida y Trujillo entre el 24 de diciembre y el 2 de febrero se realiza la Paradura del Niño, hermosa fiesta que se celebra en las casas donde la devoción de sus habitantes se expresa en complejos y elaborados pesebres y que consiste en pasear al Niño Jesús en un pañuelo de seda, con cantos y procesiones. El día de la celebración, músicos, cantantes, rezanderos y padrinos entonan coplas pidiendo al Niño Dios que bendiga las casas y los campos. Cuando termina el paseo, el Niño es regresado y vuelto a colocar en el Pesebre, pero de pie.

En algunas poblaciones, una persona simula robar la imagen, la cual permanece escondida por 3 días, entonces se negocia con gran ceremonia su devolución por parte de un cortejo integrado por niños ataviados como la Virgen, San José, los Reyes Magos, pastores, ángeles, a quienes se suman las autoridades de la localidad. Esta celebración se llama Robo y búsqueda del Niño. Todas las acciones se acompañan con aguinaldos, romances, décimas y coplas.

El 28 de diciembre, cuando se conmemora el día de los Santos Inocentes, se celebra en los estados Mérida, Trujillo, Portuguesa y Lara la fiesta de los Locos y Locainas: después de la Misa, los Locos o Mamarrachos se visten con trajes raídos y sucios y tapan sus rostros con máscaras o pintura para no ser reconocidos. En general, se invierten los papeles: los hombres se visten de mujeres y las mujeres de hombres, los niños se disfrazan de ancianos y los adultos de niños y todos hacen burlas y chistes acompañados de un conjunto musical.

En el estado Lara esta fiesta se conoce con el nombre de los Zaragozas y posee una significación más religiosa. Incluye procesiones, oraciones y bailes de niños y adultos acompañados por coros y un conjunto musical que interpreta merengues larenses. Los trajes y las máscaras están llenos de originalidad y colorido. Es una de las festividades navideñas que más atrae a los turistas.

El mismo día de los Santos Inocentes se celebra en Caicara de Maturín, estado Monagas, la Fiesta del Mono, celebración proveniente de un antiguo rito agrícola indígena que consiste en un baile bufo al cual se va sumando en hilera toda la población, bajo la guía del personaje principal vestido de mono.

En Naiguatá y Osma, playas cercanas a Caracas, se conmemora esa festividad con una celebración llamada el Gobierno de las Mujeres en la cual son las mujeres quienes se visten de hombres y actúan en las calles imitando las autoridades y los jefes de familia mientras los hombres se ocupan de la casa y los niños.

La Quema del Año Viejo se celebra en los estados Táchira y Mérida el 31 de diciembre, y consiste en la quema de un muñeco que representa el año que termina y que augura bienestar para el que va a comenzar.

Entre el 4 y el 7 de enero también en el estado Trujillo, se celebra la llegada de los Pastores y Reyes Magos con velorios que duran toda la noche con cantos y ofrendas al Niño Jesús. Al día siguiente se celebra la Misa y se realizan procesiones y cantos para esperar a los Reyes Magos. Prevalece en el aspecto musical, la percusión y el extraño sonido de las guaruras (grandes caracolas).

Las festividades navideñas populares concluyen los días 2 y 3 de febrero en Mérida con una de las más vistosas celebraciones, los Vasallos de la Candelaria, llena de devoción, colorido y música. Los vasallos llevan atuendos de vivos colores, con capa y pantalones bombachos, se adornan con lazos y flores y bailan al compás de violines, cuatro, tiples y tamboras. Estas danzas, y en general las manifestaciones de cultura popular como las antes descritas, son muestra del sincretismo de antiguas tradiciones religiosas europeas y ritos africanos e indígenas.

La Navidad en Venezuela significa ante todo una fiesta de la familia, que acerca familiares y amistades, vecinos y conocidos en un ambiente de regocijo y celebración, compartiendo todos momentos especiales.

En Navidad, Venezuela se viste de fiesta y se engalana con su mejor ambiente, es época de sabor y festejo, de reunión y encuentros, de calidez y felicidad. En cualquier rincón venezolano se celebra la llegada del niño dios y un sinfín de tradiciones se despliegan en todo el territorio nacional. Diciembre comienza con alegría y el venezolano disfruta esta época intensamente, entre música, reuniones, brindis y deliciosos platos nuestra identidad cultural se expresa con fuerza y la llegada del niño dios bendice cada rincón de esta hermosa Venezuela tuya, mía, de todos.

Existen diferentes expresiones culturales, gastronómicas, musicales y tradicionales que identifican la celebración de la navidad en Venezuela, estas celebraciones tienen una gran fuerza pues encierran innumerables reuniones colectivas que hacen que las fechas decembrinas sean muy especiales.

Entre estas manifestaciones que suelen expresarse en navidad y en algunos casos extenderse hasta febrero encontramos: los aguinaldos, el pesebre, las gaitas, las misas de aguinaldos, la mesa navideña, las parrandas, las paraduras del niño, las patinatas, las danzas de los pastores o el velorio del niño Jesús, El día de los Santos inocentes, el día de Los locos y locaínas, La llegada de Los Reyes Magos, El año nuevo y El año viejo, entre otras.

Todas estas celebraciones llenan de calor humano todas las fiestas navideñas que si algo tienen característico es ser un período donde la reunión familiar, la solidaridad y los valores humanos se apoderan de nuestras almas, entonces Venezuela se hace aún más cálida y da paso a la entrega de un periodo que se cierra para recibir otro nuevo lleno de esperanzas y nuevos sueños por realizar.

Felices fiestas para todos.

Nos reencontramos en este espacio virtual el año próximo, Dios mediante.

 

Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez.

 

domingo, 27 de diciembre de 2020

¿Cuándo nació Jesús de Nazaret?

 

La Navidad, en latín nativitas, nacimiento, es una de las festividades más importantes del cristianismo junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la Iglesia ortodoxa rumana. En cambio, se festeja el 7 de enero en otras iglesias ortodoxas, que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano, nombre derivado de su reformador, el papa Gregorio XIII.

Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es misa (mass) de Cristo. En algunas lenguas germánicas como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa noche de bendición. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad, es decir, el nacimiento de Jesús de Nazaret.

Existen varias teorías acerca de cómo se llegó a celebrar la Navidad el 25 de diciembre, que surgen desde diversos modos de indagar, según algunos datos conocidos, en qué fecha habría nacido Jesús.

Según la Enciclopedia Católica, la Navidad no está incluida en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni en la lista de Tertuliano acerca del mismo tema, las cuales son las listas más antiguas que se conocen. La evidencia más temprana de la preocupación por la fecha de la Navidad se encuentra en Alejandría, cerca del año 200 de nuestra era, cuando Clemente de Alejandría indica que ciertos teólogos egipcios “muy curiosos”, asignan no solo el año sino también el día real del nacimiento de Cristo como 25 pashons copto (20 de mayo) en el vigésimo octavo año de Augusto.

Desde 221, en la obra Chronographiai, Sexto Julio Africano popularizó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. Para la época del Concilio de Nicea I en 325, la Iglesia Alejandrina ya había fijado el Díes nativitatis et epifaníae.

Existen diversas teorías sobre el origen del 25 de diciembre como día de la Navidad. Según William J. Thige, en el siglo III se celebraba el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, aún antes que los romanos celebraran la fiesta del Sol invencible o Sol Invictus.

Según otros autores, la celebración de esta fiesta el 25 de diciembre se debe a la antigua celebración del nacimiento anual del dios-Sol en el solsticio de invierno (natalis invicti Solis), adaptada por la Iglesia católica en el tercer siglo D. C., para permitir la conversión de los pueblos paganos.

En Antioquía, probablemente en 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde 10 años antes.

En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuese celebrado en esa misma fecha, finalmente el papa Liberio decreta ese día como el nacimiento de Jesús de Nazaret en 354.

La primera mención de un banquete de Navidad en tal fecha en Constantinopla, data de 379, bajo Gregorio Nacianceno. La fiesta fue introducida en Antioquía hacia 380. En Jerusalén, Egeria, en el siglo IV, atestiguó el banquete de la presentación, 40 días después del 6 de enero, el 15 de febrero, que debe haber sido la fecha de celebración del nacimiento. El banquete de diciembre alcanzó Egipto en el siglo V.

Algunos mantienen que el 25 de diciembre fue adoptado solamente en el siglo IV como día de fiesta cristiano luego que el emperador romano Constantino I el Grande se convirtiera al cristianismo para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en cristianos. La lectura de expedientes históricos indica que la primera mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San Gregorio Nacianceno.

En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona un documento aproximadamente del año 350, pero sin ninguna mención de la sanción por el emperador Constantino.

Sin embargo, los primeros discípulos de Cristo, llamados cristianos en Hechos 11:26, no celebraban la Navidad, ya que divergencias con respecto a la fecha de nacimiento han hecho se adoptara el 25 de diciembre como fecha oficial de su natalicio y el 6 de enero como la Epifanía. Esto todavía se celebra en Argentina, Armenia, España, Ecuador, Perú, Paraguay, Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia, Chile, Uruguay y Venezuela.

Para las Iglesias Orientales la Epifanía es más importante que la Natividad, ya que ese día cuando se da a conocer al mundo, en la persona de los extranjeros.

Algunas tradiciones de la Navidad, particularmente las de Escandinavia, tienen su origen en la celebración germánica de Yule, como son el árbol de Navidad. Allí la Navidad se conoce como Yule o jul.

La verdadera fecha de nacimiento de Jesús no se encuentra registrada en la Biblia, por esa razón, no todas las denominaciones cristianas coinciden en la misma fecha. Los orígenes de esta celebración, el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio de invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o los dioses del sol, como Apolo y Helios (en Roma y Grecia), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlan), entre otros.

Algunas culturas creían que el dios del sol nació el 21 de diciembre, el día más corto del año, y que los días se hacían más largos a medida que el dios se hacía más viejo. En otras culturas se creía que el dios del sol murió ese día, solo para volver a otro ciclo.

Algunos expertos han intentado calcular la fecha del nacimiento de Jesús tomando la Biblia como fuente, pues en Lucas 1:5-14 se afirma que en el momento de la concepción de Juan el Bautista, Zacarías su padre, sacerdote del grupo de Abdías, oficiaba en el Templo de Jerusalén y, según Lucas 1:24-36 Jesús nació aproximadamente 6 meses después de Juan. 1Cronicas 24:7-19 indica que había 24 grupos de sacerdotes que servían por turnos en el templo y al grupo de Abdías le correspondía el octavo turno.

Contando los turnos desde el comienzo del año, al grupo de Abdías le correspondió servir a comienzos de junio (del 8 al 14 del tercer mes del calendario lunar hebreo). Siguiendo esta hipótesis, si los embarazos de Isabel y María fueron normales, Juan nació en marzo y Jesús en septiembre. Esta fecha sería compatible con la indicación de la Biblia (Lucas 2:8), según la cual la noche del nacimiento de Jesús los pastores cuidaban los rebaños al aire libre, lo cual difícilmente podría haber ocurrido en diciembre.

Cualquier cálculo sobre el nacimiento de Jesús debe estar ajustado a esta fuente primaria, por lo que la fecha correcta debe estar entre septiembre y octubre, principios de Otoño. Además, debe tomarse en cuenta el censo ordenado por César al tiempo del nacimiento del Hijo de Dios, lo cual obviamente no pudo haber sido en diciembre, época de intenso frío en Jerusalén, la razón es que el pueblo judío era proclive a la rebelión y hubiera sido imprudente ordenar un censo en esa época del año.

Como los turnos eran semanales, tal y como lo confirman los manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en Qumrán, cada grupo servía 2 veces al año y nuevamente le correspondía al grupo de Abdías el turno a finales de septiembre (del 24 al 30 del octavo mes judío). Si se toma esta segunda fecha como punto de partida, Juan habría nacido a finales de junio y Jesús a finales de diciembre.

Así, algunos de los primeros escritores cristianos (Juan Crisóstomo, 347-407) enseñaron que Zacarías recibió el mensaje acerca del nacimiento de Juan en el día del Perdón, el cual llegaba en septiembre u octubre. Por otra parte, según los historiadores, cuando el Templo fue destruido en el año 70, el grupo sacerdotal de Joyarib estaba sirviendo. Si el servicio sacerdotal no fue interrumpido desde el tiempo de Zacarías hasta la destrucción del templo, este cálculo tiene al turno de Abdías en la primera semana de octubre, por lo que algunos creen que el 6 de enero puede ser el día correcto.

En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirmó que “Nuestro Señor fue concebido el 8 de las calendas de abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la Pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día en que murió”. Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría 9 meses después, es decir, el 25 de diciembre.

La Navidad es celebrada por la mayoría de los cristianos, aunque algunos consideran que, al no indicar en la Biblia la fecha del nacimiento de Jesucristo ni ordenar celebrarla, no hay razón para celebrar o crear una fiesta por ese motivo. Así también muchos protestantes creen que la Navidad no debe ser motivo de disputas por no seguir las viejas tradiciones de la Iglesia Católica o por saber la fecha exacta del nacimiento de Jesús.

 

Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez.

 

 

jueves, 3 de diciembre de 2020

El origen de la navidad

La navidad es una de las celebraciones más importantes en todo el mundo. Es un hito importante para nosotros, el final de un año, tiempo de regalos, festejos, reuniones familiares y, para los cristianos practicantes, una emotiva fiesta religiosa.

Aunque la Navidad es actualmente época de regalos, de celebraciones y reuniones familiares, lo cierto es que su origen responde a otros factores históricos que involucran al poderoso Imperio Romano, a ritos paganos y poco tienen que ver con el hecho histórico de conmemorar el nacimiento del niño Jesús.

Todos sabemos que el 25 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, pero la verdad es que se desconoce la fecha exacta de este hecho histórico. El análisis de ciertos fragmentos de los evangelios y de otros documentos de aquella época, han permitido a los historiadores realizar diferentes hipótesis acerca del nacimiento de Jesucristo. Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros concluyen que fue en Septiembre u Octubre.

Aunque normalmente asociamos el origen de la Navidad a los mitos cristianos y al catolicismo, porque representa el nacimiento del niño Jesús; en realidad esto es un error, al menos tal y como tenemos hoy en día aceptada la Navidad.

Precisamente, por esta duda entre la Navidad pagana y la Navidad cristiana, hubo un caso en 1.990 en el que la junta escolar de Solon (Ohio) decidió eliminar todas la representaciones de la Navidad en cualquier ámbito escolar, puesto que era una práctica en contra del Estado laico de la ciudad, es decir, no respetaba la separación entre Iglesia y Estado. Igualmente, la junta perdió el caso porque las familias se opusieron a que sus hijos no pudiesen celebrar la Navidad en el colegio, defendiendo que la práctica de la navidad era un acto secular y formaba parte de todas las culturas del mundo. A pesar que la junta perdiera el caso, sí lograron eliminar las oraciones y la lectura de la biblia, asociadas a la celebración de la Navidad.

Lo cierto en que el origen de la Navidad no es para nada cristiano.

El verdadero origen de la Navidad es pagano. La primera vez que podemos oír hablar de las Navidades celebradas el 25 de diciembre (tal y como lo conocemos hoy) surgió casi dos siglos después del nacimiento de cristo por lo que, incluso después del nacimiento del niño Jesús, las Navidades se seguían celebrando en torno a la figura de Saturno que los romanos implantaron.

Los romanos celebraban la Saturnalia romana, que no era un festival que representaba el solsticio de invierno y honraban al dios Saturno. Durante esta fiesta, los romanos se alborotaban y por ello, los pocos cristianos que existían en aquella época, se oponían a esas celebraciones tan descontroladas. De esta manera se dice que la Navidad surgió para sustituir la celebración de Saturno, rey del Sol, que en inglés es sun, por lo que se tomó como el nacimiento del hijo de Dios, que en inglés es son.

Más tarde, cuando la religión cristiana se impuso en todo el Imperio Romano, el rey Justiniano declaró la Navidad como fiesta cívica, aunque poco duró esta compostura, pues en la Edad Media las fiestas navideñas se convirtieron en días para beber y estar de juerga de la mañana a la noche.

Si observamos costumbres antiguas, puede parecer muy raro celebrar el nacimiento de alguien ya que en los primeros siglos de Iglesia Cristiana, se solía celebrar la muerte de las personas que eran importantes y no sus nacimientos.

También tenemos que observar la siguiente cita para darnos cuenta que, en realidad, esta festividad no es aceptada en la Biblia: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mat. 15:9). La Navidad no es un mandamiento de Dios, es una tradición de los hombres. Cristo continuó: “Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. (Marcos 7:9).

La Saturnalia se celebraba cuando el sol estaba más bajo en el cielo y, así, los días se hacían más largos. Eso simbolizaba el crecimiento. Durante esta época se honraba a Saturno, dios del Sol y del fuego. También era relacionado con la agricultura, pues esta necesitaba el sol para poder sembrar y que las cosechas creciesen. El festival de invierno llamaba a este dios del Sol para que volviese y las cosechas siguiesen creciendo.

El planeta Saturno también toma el nombre de este Dios, pues sus anillos y el color rojo marcaban esta asociación.

En el resto de las civilizaciones y culturas, también existía este dios del fuego y del sol. En Egipto lo llamaban Vulcano, los griegos le llamaban Cronos, los babilonios Tamuz o Nimrod cuando resucita en su hijo, y Moloc o Baal para los druidas. Para ellos, todos estos dioses eran Nimrod, considerado el padre de los dioses babilonios.

Saturno también era considerado un devorador de niños pues, al ser el padre de los dioses, debía tener un carácter intachable. Llevando el nombre de Cronos, cuenta la historia que devoraba a sus hijos según nacían.

Si te estás preguntando por qué consideraban necesario sacrificar a los niños para adorar a este dios, se debe simplemente a que creían al fuego como algo divino que limpiaba pecados y defectos que pasaban de generación en generación, por lo que a los niños debían quemarlos para eliminar estas genéticas.

Aunque en la edad moderna nos referimos a Santa Claus por San Nicolás, en una edad anterior, Santa era el nombre del dios Nimrod en Asia menor. Si lo pensamos un poco, veremos que el centro de las Navidades, en todas sus etapas, siempre ha estado protagonizado por los niños. Durante los tiempos romanos, los regalos se daban a niños y pobres; y los druidas sacrificaban a los niños para el dios que adoraban en estas fechas. De esta misma manera, Nimrod o el Santa pasado,  devoraba a los niños y, hoy en día les reparte regalos.

Igualmente, también debemos analizar la figura de San Nicolás, que proviene de un personaje llamado el alegre Nick o el viejo Nick. Si nos centramos en su nombre, Nick proviene de Nikos que significa constructor y destructor, mientras que Laos significa pueblo. Los nicolaítas (seguidores de San Nicolás) se definen entonces como “el pueblo que sigue al destructor”, que no deja de ser, de nuevo, Nimrod.

El origen los regalos de Navidad se remonta a los romanos cuando, en Saturnalia, intercambiaban regalos unos con otros. Y como es de suponer esto tampoco es una tradición relacionada con el cristianismo. Durante estas fechas no hacemos ofrendas a Dios, si no que nos las hacemos a nosotros mismos en forma de regalos, olvidando completamente la figura de Cristo. De hecho, según indica la Biblia, el cumpleaños tampoco debería ser celebrado, porque están siendo, del mismo modo, egoístas con Dios que hizo nacer al ser humano.

Como indica la biblia, en el momento que los Reyes Magos le ofrecen obsequios al niño Jesús, es lo que en realidad debería ser la Navidad: unas fechas para hacer ofrendas a Cristo.

Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?… Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:1-11).

De esta manera, nos damos cuenta que las costumbres y celebraciones que realizamos en Navidad, no tienen nada que ver con un origen cristiano y, por lo tanto, no es una celebridad cristiana, tal y como sucede con su origen real.

Según leemos en las escrituras, por las descripciones que nos dan de aquel día, no es posible que Cristo naciera el 25 de diciembre. La razón es que los judíos enviaban a sus ovejas a los desiertos cerca de la Pascua y estas volvían cuando llegaban las primeras lluvias, que comenzaban durante el otoño. Cuando Jesús nació, las ovejas pastaban al aire libre, por lo que todavía no había llegado octubre, por lo que es difícil encajar al nacimiento de Jesús en el 25 de diciembre y este ha tenido que ser a finales de septiembre o principios de octubre.

Las escrituras que explican el nacimiento de Jesús, se recogen en Lucas y así se cuenta: “En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche”. (Lucas 2:8).

Pero, entonces, ¿por qué asociamos el 25 de diciembre a la Navidad?...

En la cultura romana de la época, el 25 de diciembre se celebraba el nacimiento de Mitra, el dios iraní de la Justicia. También el 1º de enero, celebraban el año nuevo decorando sus casas con luces y dando regalos a pobres y a niños. Para entonces habían adquirido otras costumbres germánicas y celtas como el tronco navideño, los abetos y la comida. Estas costumbres eran también las propias del Festival de Navidad.

El 25 de diciembre no fue elegido para la Navidad porque fuese el nacimiento de Cristo, si no que era la mejor formar de sustituir la Saturnalia, una celebración pagana que, cuando el mundo eclesiástico se impuso, debía ser totalmente exterminada.

La explicación más consistente de los historiadores es que el origen de la Navidad estuvo relacionado con una serie de decisiones tomadas por los altos mandos de la iglesia cristiana en los siglos III y IV. Entre ellas, se considera como la más determinante, la moción del Papa Julio I en el año 350 para establecer la navidad el 25 de diciembre. Esto fue decretado 4 años después por el Papa Liberio.

El porqué de la elección de esta fecha se relaciona con la necesidad de la recientemente oficializada religión cristiana de imponerse sobre los tradicionales cultos paganos romanos. En diciembre se celebraba, en el gran espacio ocupado por el Imperio Romano, el culto a Saturno, dios de la agricultura, principal sustento y actividad económica de estos pueblos. Las Saturnales se realizaban del 17 al 23 de diciembre, los días más cortos del año, y luego el 25 de diciembre se consideraba en nacimiento del nuevo sol.

La iglesia cristiana eligió entonces el 25 de diciembre como día del nacimiento de Jesús como estrategia en su proceso de expansión, en el que sistemáticamente buscó absorber y fusionar sus celebraciones con los ritos paganos de los diversos pueblos convertidos. El ritual de la navidad fue evolucionando con los siglos, lo que festejamos hoy día es muy distante de estas primeras navidades, y responde principalmente a costumbres originarias del siglo XIX y a la influencia de la sociedad de consumo.

De todos modos, la verdadera historia del origen de la navidad no debe distanciarnos de nuestras creencias personales y familiares. Puesto que la esencia de estas fiestas trasciende lo histórico, y reside en lo espiritual, y está muy bien que así sea.

 

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!

 

Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez.

 

 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

El Estado Zamora de Venezuela

El Estado Zamora, denominado entre 1.879 y 1.882 como Estado Sur de Occidente​ y entre 1.882 y 1.899 como Gran Estado Zamora, fue una antigua división administrativa de los Estados Unidos de Venezuela ubicada al suroccidente del país, en plenos llanos venezolanos.

El nombre Zamora fue el primer nombre que recibió el actual Estado Barinas en honor al General Ezequiel Zamora cuando fue convertido en estado federal en 1.859. En 1.862 le fue agregado lo que hoy es el Estado Apure,​ situación revertida en 1.864. En 1.879 el presidente Guzmán Blanco planteó la unión de los estados de esa parte del país con el nombre de Estado Sur de Occidente, compuesto por los estados Zamora, Carabobo, Cojedes, Portuguesa y el departamento Nirgua; sin embargo por varias razones no especificadas el presidente modificó la propuesta y el Estado Sur de Occidente quedó compuesto por Cojedes, Portuguesa y Zamora, mientras Carabobo y Nirgua formaron otro estado independiente;​ por aquel entonces era uno de los nueve estados a los que se redujo el país.​

La entidad fue renombrada Estado Zamora en 1.891​ por mandato de Guzmán Blanco. Debido a su gran extensión y para diferenciarlo del anterior y posterior entidad federal de nombre similar y que abarca el hoy estado Barinas, se le ha denominado en historiografía Gran Estado Zamora.​ La capital del estado estuvo asentada en Guanare entre 1.882 y 1.899 por ser la más central de las poblaciones importantes de la región.​ Debido a varias discrepancias entre las élites políticas de Portuguesa y Cojedes, principalmente por el manejo de recursos económicos y sociales, se plantea la separación de estas secciones del Estado Zamora, situación convertida en realidad en 1.899.​

La sección Zamora, en tanto, continuó llevando este nombre hasta 1.937, cuando la Gobernación del Estado le reasignó el nombre de Barinas, tal como se le conoce en la actualidad.​

División territorial:

El Estado Zamora estuvo dividido entre 1.879 y 1.899 en las secciones Zamora (o Barinas, con capital en Barinas), Cojedes (capital San Carlos) y Portuguesa (capital Guanare). Las secciones a su vez estaban divididas en distritos y estos en parroquias.​

Distritos de la Sección Cojedes:

San Carlos, Girardot, El Tinaco, Ricaurte, Falcón, El Pao.

Distritos de la Sección Portuguesa:

Guanare, Ospino, Araure, Acarigua, Guanarito, Turén.

Distritos de la Sección Zamora:

Pedraza, Obispos, Sosa, Rojas, Guzmán, Barinas.

Antonio Guzmán Blanco volvió al país después del triunfo de sus adeptos con la Revolución Reinvindicadora y en el capitolio, se dirigió a la República, argumentando la necesidad de organizar la administración nacional, equilibrar el presupuesto, revisar la instrucción popular, recomenzar las obras públicas, restablecer la inmigración, y modificar las instituciones, entre otros asuntos.

Llegaba muy influenciado por lo observado en los dos últimos años en Europa, especialmente con respecto a las normativas legales. Pretendía varios cambios en el país, y el medio para realizarlos sería convocando un Congreso de Plenipotenciarios, encargado de la organización provisional de las instituciones de la Nación. Este cuerpo estaría compuesto por los Presidentes de los estados, quienes debían reunirse en la capital, y resolvería además las materias que sometiera a su consideración el “Supremo Director de la Reivindicación Nacional”.

De igual forma, los representantes debían elegir al ciudadano que desempeñase la presidencia hasta cuando fuese sustituido constitucionalmente. Se instaló en la ciudad de Caracas el 27 de abril de 1.979 la corporación, y en su mensaje a los Plenipotenciarios, el General Guzmán Blanco plantea la primera necesidad: reducir a 7 los 20 estados, otorgándoles “tantas veces veinte mil pesos como gozan los pequeños actuales” y dándoles la posibilidad de adquirir su propio parque militar para su defensa interior.

Concebía que fuera imprescindible la integración, desde ese mismo momento, con la finalidad que el Congreso que dictasen la nueva Constitución se sometiera a esa división territorial. Rápidamente, Jacinto Lara contestó el mensaje y se plegó a la idea, pues señaló la necesidad de formar territorios “potentes en su población y su riqueza”, que debilitarían el poder del ejecutivo nacional.

La propuesta de la compra de armamento militar para las regiones interesó a los caudillos, aunque solo fue una maniobra política del Ilustre Americano. El “Supremo Director” había dado la orden y los Plenipotenciarios debían cumplirla. En la tercera conferencia, el 30 de abril de 1.879, a proposición del licenciado Francisco González Guinán, se discute la reducción de los estados, se fijan las bases de la unión y las garantías individuales.

En el Sur de Occidente fue propuesta la corporación con Carabobo, Cojedes, Portuguesa, Zamora y el departamento Nirgua. A pesar del trabajo de los Plenipotenciarios y el apuro del Ilustre Americano, la transformación territorial la debía aprobar el Congreso, posterior a la anuencia de las legislaturas estadales, lo que llevaría algún tiempo. Esta división territorial causó descontento en los vecinos de Barinitas, quienes solicitaron al Congreso nacional de 1.880 su alianza a Trujillo, porque a su entender los intereses materiales se llevarían de mejor manera disponiéndolo así.

Discutieron acerca de la situación topográfica; su cercanía a la ciudad de Trujillo de la cual los separaban 112 kilómetros aproximadamente, mientras unido al Estado Sur de Occidente, había más de 400 kilómetros de distancia con la ciudad de Valencia, posible capital de ese gran territorio; de igual forma se adujeron conveniencias administrativas y económicas principalmente. La comisión de interior del parlamento juzgó no beneficioso resolver ese asunto mientras no discutieran el proyecto de reforma constitucional.

Una cosa eran los planteamientos desde Caracas y otra los provechos regionales por las cercanías de un territorio con otro. El presidente Guzmán Blanco modificó el 15 de octubre de 1.880 su propuesta de los grandes estados y separó a Carabobo y al departamento Nirgua del Sur de Occidente, que lo integrarían Cojedes, Portuguesa y Zamora. No creemos que la solicitud de los vecinos de Barinistas causó tal alteración, posiblemente otras causas lo produjeron.

Las legislaturas de estas tres entidades se pronunciaron a favor de la reforma constitucional con algunas propuestas. La de Portuguesa señaló que si los otros dos estados no aceptaran la integración, conservaría su autonomía como entidad independiente; mientras que la de Zamora solicitó se uniera al Estado Apure. Los barineses pidieron la integración del Apure por la cercanía y las diversas relaciones comerciales que existían entre ambos. En Cojedes se aprobó sin protestar; de esa forma el Estado Sur de Occidente sería una de las entidades estipuladas en la Constitución de 1.881.

El Ilustre Americano nombró al General José Temístocles Roldán, presidente provisional y por capital a la población de Ospino. El Zamorano, periódico redactado en Barinas, apoyaba la unión de los tres estados llaneros y presentaba varias razones para que la ciudad fuera la sede de los poderes, y su mandatario fuera el General Juan José Canales. Se iniciaba en las secciones del Estado llanero la pugna por la ubicación de la capital y la promoción de los políticos que dirigirían la nueva entidad.

Se instaló, el 17 de agosto de 1.881, la Asamblea Constituyente unificadora del territorio, nombrando como primeras autoridades al barinés Francisco Antonio Garrido como presidente, al cojedeño Eugenio González Herrera y al portugueseño Pontiniano Álvarez como primer y segundo vicepresidente respectivamente. Como una manera de reducir las fricciones internas, cada sección tenía un representante en la directiva.

La corporación además estuvo integrada por los diputados Juan Evangelista Zapata, Manuel Vielma, Ramón María Ugarte, y Dionisio Goizueta por Portuguesa; Trinidad Acuña, José María González Tovar, Juan Bautista Palencia y Juan Ignacio Figueredo de Cojedes; y Rudesindo A. Dorante, Isidro Contreras, Ricardo Castillo y Merced Vicente Tapia, por Zamora.

Como uno de los ideales de los guerreros de la federación, fue presentada la unión de Los Llanos por el presidente provisional, en su mensaje dirigido a la Constituyente, como antecedente de lo que harían integrados nuevamente. El 19 de agosto de 1.881, Roldán presentó el mensaje del Ilustre Americano y el proyecto de Constitución estadal es aceptado el 7 de septiembre con algunas modificaciones, la principal sería que los concejos seccionales estarían integrados por 6 diputados. Para José Temístocles Roldán, la idea de reducción de los estados fue de los hombres que batallaron en la denominada Guerra Federal.

Mientras la Constituyente laboraba, tal como había realizado con el Estado Norte de Occidente posteriormente Lara, Guzmán Blanco le cambió el nombre al Sur de Occidente que quiso llamarlo Zamora en memoria del héroe de la federación “cuyas proezas destellan desde San Carlos hasta Santa Inés.” Un mes más tarde la Asamblea Constituyente decretará el mandato del Ilustre Americano. Jugó el primer mandatario con la nomenclatura de los nuevos territorios a su antojo, nombró próceres de la independencia y la federación para enlazar sus luchas con el momento histórico en que vivió.

Por esos días comenzó a circular en Guanare un periódico titulado El Sur de Occidente, redactado por Raimundo Olavarría, que abogaba con entusiasmo por la estrecha unión de las tres secciones, a las cuales consideraba idénticas en sus costumbres y estrechamente ligadas en sus intereses. Evidentemente existían intereses comunes, pero de allí a que las costumbres fuesen idénticas hay una gran diferencia. Ospino fue decretada por la Asamblea el 17 de septiembre de 1.881 como capital del gran Estado, caso único en el cual la localidad que había sido nombrada de manera provisional mantuvo la capitalidad del nuevo territorio, aunque por poco tiempo.

La corporación cerró sus sesiones el 25 de ese mes, promulgando la Constitución del Estado, y elaborando los códigos de elecciones, de organización de los poderes, políticos, municipal y judicial, dictando la ley por la cual se designó a Ospino capital, y otras leyes sobre papel sellado, presupuesto, rentas y sueldos. El 7 de octubre de 1.881, el General Guzmán Blanco nombró presidente provisional al doctor Feliciano Acevedo.

Anteriormente había seleccionado para primer designado al General Querubín Zúñiga y por segundo al ciudadano Agustín Rivero. Autoridades que gobernarían por un corto tiempo, pues en diciembre fue elegido por el Consejo de Administración el ciudadano Bernardino Mirabal, como primer mandatario constitucional de la nueva entidad. Con la elección se daba uno de los últimos pasos en el plan de Guzmán Blanco para la organización del territorio llanero.

El gran Estado Zamora tuvo una superficie de 65 mil kilómetros cuadrados y una población de 236 mil 371 habitantes, aproximadamente. La sección Cojedes la integraban los distritos San Carlos, Girardot, El Tinaco, Ricaurte, Falcón y El Pao; mientras a Portuguesa los componían Guanare, Ospino, Araure, Acarigua, Guanarito, y Turén; y la sección Barinas los distritos, Pedraza, Obispos, Sosa, Rojas, Guzmán y Barinas.

El 30 de enero de 1.882, la legislatura autorizó al presidente Mirabal para trasladar provisionalmente la capital del Estado a cualquiera de las poblaciones de la sección Portuguesa. No contaba Ospino con los requerimientos básicos para ser la sede de los poderes, seguramente se le nombró por estar equidistante con respecto a las tres secciones. Sería en diciembre de ese año cuando la legislatura decidió definitivamente que se estableciera en la ciudad de Guanare, traslado a realizarse antes del 31 de enero de 1.883, de igual forma se derogaba el decreto de 17 de septiembre de 1.881 expedido por la Constituyente y el acuerdo de la legislatura anteriormente señalado.

Las élites políticas guanareñas comprendieron que contando con la capital en su ciudad, manejarían el poder político y económico con mayor facilidad.

 

Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez.

martes, 6 de octubre de 2020

La formación y consolidación de la conciencia nacional en algunos países, fue una de las bases para la creación de los Estados-Naciones y la aparición de las ideologías nacionalistas, al igual que la lucha del liberalismo y otros movimientos progresivos que estuvieron contra el absolutismo y el conservadorismo, para ampliar los derechos políticos del pueblo.

Estas cuestiones resultan muy importantes puesto que Simón Rodríguez y en especial Simón Bolívar, se esforzaron por crear y fortalecer repúblicas de la América antes Española, para la cual asignaron una importancia a la Educación y a la Conciencia Nacional que debía convertirlas en sustento espiritual de las repúblicas recién creadas.

En este sentido, la formación de los estados nacionales es un proceso de larga duración, en el cual intervienen numerosos factores y que en cada país ha tenido su propia modalidad. La diversidad de circunstancias que provocaron la constitución de los Estados-Naciones y las popularidades de cada situación, dificultan la extracción de conclusiones generales aplicables a todos los países, por lo que es recomendable estudiar cada caso en particular.

El Estado-Nacional como forma de organización política de los distintos países, fue el resultado necesario del desarrollo del Capitalismo. La Burguesía desplazó el poder efectivo de los Monarcas Absolutistas, y pasó a ocupar una posición dominante en el Poder Político, ejerciéndolo en forma directa y controlando la acción del aparato estatal.

Así mismo; Bello decía que “La riqueza de un país no consiste siempre en su crédito y en sus recursos pecuniarios: es preciso que, además, sepa proveerse así mismo; y cuando haya llegado a este estado, entonces debe considerarse, no solamente rico, sino también libre e independiente”.

El desarrollo político de la Burguesía y la constitución de los estados- nacionales fueron impulsados por el pensamiento liberal, el cual se vio influenciado por estos procesos. El liberalismo político adquirió importancia cuando se promovió y dirigió movimientos contra los Monarcas Absolutistas

La Ilustración fue un movimiento heterogéneo y sumamente complejo de los Europeos en contra los sectores conservadores. El liberalismo político representó la culminación de un proceso cuyos orígenes pueden encontrarse en la lucha de las ciudades para mantenerse libres frente a los soberanos (siglo XI en el Norte de Italia); este pensamiento adquirió gran fuerza durante el Renacimiento (siglos XV y XVI) e hizo eclosión en el siglo XVIII con la Ilustración, la cual dio origen a dos corrientes de pensamientos fundamentales: El despotismo Ilustrado y el liberalismo político.

Puede considerarse como la culminación de un lento proceso de maduración intelectual-científica iniciada durante el renacimiento. Este proceso estuvo impulsado por el desarrollo de la actividad manufacturera y por el aumento del poder económico de la Burguesía, que aspiraba mayor poder político. Es difícil determinar el inicio de un movimiento como el de la Ilustración, se puede remontar sus antecedentes por la orientación y trascendencia de sus trabajos, se consideran a Juan Locke (1.632 y 1.704) y a Isaac Newton (1.642-1.727), como iniciadores de dicho movimiento.

 Locke, en relación a las concepciones políticas sostenía que la soberanía residía en el pueblo, dependía el Régimen Parlamentario, propuso la división de los poderes y propugnaba la igualdad social, la inviolabilidad de la vida, el derecho a la propiedad y a la libertad personal.

Según Locke “aquello que da inicio y constituye en realidad a una sociedad política no es más que el consenso de un grupo de hombres libres capaces de formar una mayoría para unirse e incorporarse a tal sociedad. Y esto y sólo esto es lo que dio o pudo dar principio a cualquier gobierno legítimo del mundo”.

Las características generales de este movimiento en las ideas de los pensadores son: se considera la experiencia sensible como el punto de partida para el conocimiento del mundo; la naturaleza y la sociedad están regidas por leyes constantes que podían conocerse mediante la razón; el logro de la felicidad era tan considerado como el fin de la actividad humana; los intelectuales se esforzaron por encontrar reglas sólidas que permitieran lograr la felicidad humana, se alentó el individualismo y la libertad individual, se atribuía a la ciencia y a la técnica un papel fundamental para el logro del progreso social y la felicidad; se consideraba la educación del pueblo como el medio más idóneo para el perfeccionamiento del hombre y el progreso social.

Por otra parte, el Despotismo Ilustrado o Absolutismo Ilustrado, es un movimiento originado desde el poder por algunos Monarcas Europeos, el cual ocurrió paralelo a la Ilustración. Con este movimiento los Monarcas intentaron “Reconstruir su estado mediante el empleo de la razón”. Este movimiento se expandió por numerosos reinos Europeos y en cada uno de ellos tomó sus propias características, a pesar de sus diferencias.

Los Monarcas Ilustrados tuvieron rasgos comunes: Buscaron  el consejo de filósofos, tendieron a centralizar el poder y a organizar el Estado. Con la realización de su política los soberanos lograron la centralización política y la unidad económica de sus reinos como consecuencia de la eliminación del poder de los sectores feudales.

El Despotismo Ilustrado se caracterizó porque la razón debía guiar siempre las decisiones de los soberanos; la realización de obras de infraestructura que facilitaran el proceso económico fue una constante; los monarcas intentaron realizar reformas para modificar las relaciones feudales.

Otra idea política fue El Romanticismo Político, que se manifestó con dos corrientes principales. Una de ellas enfrentándose a las nuevas ideas económicas y políticas y a los movimientos revolucionarios de la época. La otra corriente acentuó la tendencia individualista y libertaria del Romanticismo, se enfrentó al absolutismo y reivindicó la primacía de los Derechos Individuales frente al estado y llegó a confundirse con el liberalismo.

Juan Jacobo Rouseau (1.712-1.778), puede considerarse uno de los iniciadores del Romanticismo y en especial de la corriente libertaria, estableció la primacía de los sentimientos y de las virtudes morales sobre ésta; es por ello que se le ubica como uno de los precursores más importantes del romanticismo.

De igual forma, se consolidó un movimiento político a mediados del siglo IX. Sus fuentes inmediatas fueron la Ilustración y la Escuela de Manchester. De ésta, el liberalismo tomó la concepción de la libertad de empresa y libertad individual, de la igualdad, la tolerancia, la racionalidad, el derecho a la propiedad y de su confianza en el progreso del hombre y la sociedad.

El liberalismo se desarrolló en el marco social de la revolución industrial, del crecimiento de la burguesía y del ascenso de esta clase a posiciones políticas dominantes y específicamente al poder político. La doctrina liberal expresó los intereses de ideología de la burguesía; también coincidía con las inquietudes de los intelectuales, de los pequeños propietarios y de la pequeña burguesía en formación, es decir, la clase media.

En el aspecto político, los liberales basaron la organización de la sociedad en el pacto social, cuya expresión era la constitución nacional; esta fijaba los derechos y deberes de los ciudadanos y los protegía de la intromisión del gobierno y en su libertad y los negocios particulares; al gobierno se le concebía como una función política, una creación del cuerpo político; además, impusieron la conocida división de los poderes legislativo, ejecutivo, judicial.

En lo intelectual, el liberalismo se caracterizó por proclamar la tolerancia religiosa, el respeto a todas las ideas, y creyó que podría lograrse el cambio progresista de la sociedad mediante la extensión de la educación.

Así, Saint Simon, Owen Y Fourrier, notables figuras del pensamiento utópico fueron unos virulentos y consecuentes críticos de la sociedad capitalista, y manifestaron gran simpatía por los obreros y el pueblo en general. Propusieron proyectos de organización social ideales, donde reinara la igualdad y la justicia sociales, convirtiéndose en emporios de felicidad en este mundo para todos los seres humanos.

Los utópicos creían que estas nuevas sociedades podían lograrse al convencer de sus bondades a empresarios y gobernantes, y al persuadirlos de la necesidad de reformar a la sociedad, dándole una organización racional que permitiera mejorar la situación material y cultural de los obreros y de los demás sectores del pueblo.

Los tres utópicos y sus seguidores dieron origen a movimientos conocidos como Sansimonismo, Owenismo y Fourrierismo, que pervivieron después de la muerte de esos grandes hombres y que aún subsisten. Los movimientos utópicos se caracterizaron por su insistencia en llevar a cabo sus proyectos a pesar de sus continuos fracasos; crearon periódicos, revistas, cooperativas, centros de estudio, facilitando así la organización de los trabajadores en torno a los movimientos socialistas y educándolos en estas ideas:

El Sansimonismo, iniciado por Enrique de Saint Simon (1.760-1.825), tuvo connotados seguidores, entre los cuales cabe destacar a San Armando Bazar (1.791- 1.823), Olinto Rodríguez (1.794-1.851) y Próspero Enfantin (1.796-1.864). Saint Simon, fue defensor de la propiedad privada, pero los bancos estarían constituidos por fondos comunes de los productores quienes los dominarían. El estado, tal como se conoce, desaparecería y estaría constituido por un conjunto de industrias y bancos que regularían el proceso productivo.

A pesar de promover profundas transformaciones sociales, Saint Simon se oponía a la violencia revolucionaria y pensaba poder lograr su propuesta socialista por medios pacíficos, convenciendo de las bondades de la nueva organización social a los gobernantes políticos y empresarios. Los seguidores de Saint Simon divulgaron sus ideas, pero a diferencia de éste, llegaron a pensar en la abolición de la propiedad privada, la cual veían como la causa de la explotación de los obreros, de la miseria y de la desigualdad social; el proceso de abolición de la propiedad privada se haría paulatinamente, anulando el derecho de herencia.

El Fourrierismo, fue un movimiento iniciado por Carlos Fourrier (1.772-1.837), quien fue connacional y contemporáneo de Saint Simon, al cual sobrevivió doce años. Fourrier era empleado de comercio, lo que le permitió aprehender los mecanismos mercantiles y aproximarse al conocimiento de las relaciones capitalistas para someterlas a la crítica. En los seguidores de Fourrier predominaban las personas de la clase media intelectuales, profesionales, pequeños comerciantes, artesanos.

El Owenismo, creado por Roberto Owen (1.771-1.859), hijo de artesano, se convirtió en patrono de una fábrica de hilados en Escocia, donde entró en contacto con los obreros y se percató de su miseria y de los abusos que se cometían con los niños trabajadores; esto le hizo concebir medidas para mejorar la condición social de los trabajadores y proyectos de transformación social, los cuales intentó llevarlos a la práctica, en ellos, la educación tenía una gran importancia. También afirmaba que el ser humano es el resultado del medio social, por lo que era necesario cambiarlo y, educar a los obreros y a sus hijos.

Simón Rodríguez (1.771-1.854), fue un pensador utópico, otros personajes de esta misma tendencia de pensamiento fueron José Ignacio Abreu e Lima (1.797- 1.869) y Flora Tristán (1.803-1.844).

Con palabras de Ángel Rama: “La vigencia del pensamiento de Simón Rodríguez, que hoy resplandece intacto como si acabara de formularse para las sociedades latinoamericanas del presente, se debe tanto a su constitutivo fundamento democrático, elaborado en el crisol optimista de iluminismo y de la revolución emancipadora, como al fracaso de los Estados nacidos de la independencia para llevar a cabo las doctrinas de redención social que animaron el movimiento libertador.”

Simón Bolívar, su concepto de estabilidad y de orden socio-político, así como su idea de virtud política, de libertad, de igualdad, su oposición a la esclavitud, su preocupación por la justicia social, su concepción de la política como servicio público y su lucha contra la corrupción, debieron incomodar a muchos liberales.

Por su parte, Rodríguez también se consideraba liberal, pero criticó el liberalismo económico, el cual no creía adecuado para las repúblicas de la América antes Española, y también se opuso al excesivo individualismo. Por otra parte, Rodríguez compartía con el Libertador la idea de Estado y de Gobierno, y los conceptos de libertad, igualdad, justicia social, de virtud política y de la política como servicio público.

Bolívar y Rodríguez, sin descartar las libertades individuales, dieron preeminencia a la interpretación socio-política de la libertad, la cual unieron al bien común. Sin embargo, a pesar de las diferencias que tuvieron con los grupos liberales, los dos personajes compartieron en sus líneas generales los ideales del liberalismo ante expuestos.

Es por esto que ambos personajes dieron una gran importancia política a la primera escuela, institución que consideraban básica para consolidar las Repúblicas, pues, como dijo Simón Rodríguez estas estaban “Establecidas pero no Fundadas”, y precisamente la escuela primaria debía contribuir a darles su fundamento, es decir, debía educar para la construcción nacional.

La primera escuela o escuela primaria cumplía con dos propósitos, que se mantienen en actual educación básica, uno individual que se refiere a la autorrealización personal, es decir, se orienta hacia la formación y desarrollo de los niños y jóvenes en los aspectos intelectual, moral y físico; y el otro de carácter social. El propósito social debe cumplir con tres funciones asignadas a la Escuela:

La Sociopolítica, en ella se pueden distinguir cuatro aspectos: educar el amor y a la patria y en el sentimiento nacionalista, educar para la defensa del sistema socioeconómico y político, y para la participación política; educar la participación en la sociedad civil; y educar para la cooperación internacional.

La Sociocultural, que puede manifestarse con múltiples aspectos: la cultura general; la cultura histórica y geográfica; la cultura filosófica; la cultura científica; la cultura ética y humanística; la cultura religiosa; la cultura idiomática y literaria; la cultura artística; la cultura sanitaria; la cultura ecológica; la cultura nacional y regional.

La técnica o instrumental, cuyo propósito es preparar al discente para que pueda proseguir estudios y/o, por otra parte, capacitarlo para que pueda incorporar al trabajo.

La escuela primaria era, para la época, la institución más idónea para educar la población. Bolívar dio una gran importancia a esta escuela pero también se ocupó de los otros niveles y modalidades. Sin embargo, a pesar de la importancia que dio a la educación escolar, el Libertador tuvo una visión amplia de la educación, que trascendía esa forma de educación. La concebía como un proceso social global del cual eran responsables distintos agentes, pero teniendo el estado la mayor responsabilidad.

En relación a su cualidad, es sabido que Bolívar consideraba que las leyes debían ser propias del país, adecuada a su realidad, basarse en su cultura propensa a la transformación social, ser sencillas y conformar un todo coherente, de manera que el ciudadano sintiera las leyes como suyas, y no impuestas y ajenas a él.

La educación con el ejemplo también era muy importante en la educación escolar, y en particular en la escuela primaria. En ella, la educación debía trascender la mera instrucción, por lo cual los docentes debían ser personas que pudieran ser ejemplo para sus discípulos.

La educación escolar fue una de las cuestiones que ameritó la atención preferente del Libertador, además se esforzó por poner en práctica la idea de la educación popular vigente en su época, que se expresaba en la generalización y obligatoriedad de la escuela primaria.

Es importante señalar que el decreto del 5 de diciembre de 1.829, daba una gran importancia a la educación moral en la escuela primaria. También se ocupó de los colegios, que eran institutos educacionales que preparaban a los jóvenes para su ingreso en la Universidad. La relación que existía entre estos dos tipos de instituciones debió motivar la intención de ligarlas más estrechamente, para así poder coordinar mejor su acción educativa. Estas disposiciones debieron responder a la necesidad de desarrollar los estudios universitarios.

El Libertador creía que la Universidad debía contribuir al fortalecimiento de las Repúblicas; para ello la institución se construiría en el centro impulsor y orientador de la ciencia, la cultura y de la educación escolar del país. Y además de preparar profesionales para la República, la universidad debía ser el centro de formación de los intelectuales de nivel superior, destinados a dirigir la República y/o defender su sistema político.

Estos intelectuales debían tener a su cargo la responsabilidad de lograr la cohesión ideológica de la población del estado-nacional, en torno a la moral social y los intereses de los grupos dominantes, que debían legitimar con su trabajo intelectual.

La aspiración de Bolívar de modernizar y actualizar la Universidad se manifestó a plenitud en 1.827, año fructífero para la educación universitaria. De este año fueron: el decreto mediante el cual se permitió a los doctores en medicina ser rectores de la Universidad de Caracas, los nuevos estatutos de la Institución y la creación de la Facultad Médica de Caracas, la organización de la Universidad de Quito, y la creación de los estudios de jurisprudencia en el Colegio de Antioquia.

En el aspecto académico, los Estatutos Republicanos organizaron la Universidad en cuatro facultades: filosofía, teología, jurisprudencia y medicina; las cuales comprendían sus respectivas cátedras. El uso del latín continuó siendo fundamental en los estudios universitarios, pero se incluyó el estudio de la literatura, el griego, el francés y el inglés.

Para estudiar en la facultades de teología, jurisprudencia y medicina era necesario aprobar los tres años de los cursos de la facultad de filosofía, en la cual se ingresaba previa aprobación de los cursos de latín y de literatura (retórica) o de haber demostrado el dominio de las materias mediante la presentación de un examen. En estos aspectos se mantuvo el criterio de la Universidad de la época colonial.

En relación a la actualización y modernización de los planes de estudio, debemos distinguir los estudios profesionales y los de filosofía y letras. Estos últimos cursos, cada uno en su ámbito, mantuvieron los propósitos de lograr la cohesión ideológica de todos los cursantes universitarios, de dotarlos de una sólida cultura general y humanística básicas, y de prepararlos para proseguir estudios en la Universidad.

Finalmente, en los decretos buscan el propósito político de lograr la coherencia y cohesión ideológica en los estudiantes y egresados de la universidad, de manera que pudieran cumplir a cabalidad el rol de grado intermedio. La formación ideológica se fundamentaría en la doctrina y valores del catolicismo. Se puede presumir que Simón Bolívar acogió este criterio debido a que seguramente vislumbró en la religión católica y su iglesia las “reservas morales” que pudieran enfrentar la corrupción, la ausencia de virtud política en los dirigentes y la crisis de la moral social que percibía y denunció en repetidas oportunidades.

También es importante señalar que los requisitos de ingreso a la Universidad (dominio del latín y de la retórica) y del plan de estudios de bachillerato en filosofía, cuya aprobación era obligatoria para estudiar cualquier carrera, también cumplían con el propósito de la coherencia y conclusión ideológica de los cursantes y egresados.

 

 

Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez. 

jueves, 10 de septiembre de 2020

Vivir en democracia

La democracia, del latín tardío democratĭa, y este del griego δημοκρατία dēmokratía, es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. Es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo con mecanismos de participación directa o indirecta que legitiman a sus representantes. Es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen según mecanismos contractuales.

Se define a partir de la clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después, en 3 tipos básicos: Monarquía (gobierno de uno), Aristocracia (gobierno de los mejores, para Platón; de los menos, para Aristóteles), Democracia (gobierno de la multitud, para Platón y de los más, para Aristóteles.​

Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. Es democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse para ejercer influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.

Hay democracia directa cuando la decisión es adoptada por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos y referéndums vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Estas 3 formas no son excluyentes y se integran como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos, aunque suele haber un mayor peso de una de las 3 formas en un sistema político concreto.

No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno de la gente.

El término democracia proviene del griego antiguo δημοκρατία, y fue acuñado en Atenas en el siglo V A. C. a partir de los vocablos δῆμος o dḗmos, que se traduce como pueblo, y -κρατία -kratía, de la raíz de κράτος (krátos, traducida como fuerza, dominio o poder.​

El término demos parece haber sido un neologismo derivado de la fusión de las palabras demiurgos (demiurgi) y geomoros (geomori).​ El historiador Plutarco señaló que los geomoros y demiurgos, eran junto a los eupátridas, las 3 clases en las que Teseo dividió la población libre del Ática, adicionalmente la población estaba integrada por los metecos, esclavos y las mujeres. Los eupátridas eran los nobles, los demiurgos eran los artesanos, y los geomoros eran los campesinos.

Estos 2 últimos grupos, en creciente oposición a la nobleza, formaron el demos. Textualmente entonces democracia significaría, según Plutarco, el “gobierno de los artesanos y campesinos», excluyendo del mismo expresamente a los esclavos y a los nobles”.

Algunos pensadores consideran la democracia ateniense como el primer ejemplo de un sistema democrático. Otros han criticado esta conclusión, argumentando por un lado que tanto en la organización tribal como en antiguas civilizaciones en todo el mundo existen ejemplos de sistemas políticos democráticos,​ y que solo una pequeña minoría del 10 % de la población tenía derecho a participar de la llamada democracia ateniense, excluyendo la mayoría de trabajadores, campesinos, esclavos y las mujeres.

El significado del término ha cambiado varias veces con el tiempo, y la definición moderna ha evolucionado mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII, con la introducción de sistemas democráticos en muchas naciones y a partir del reconocimiento del sufragio universal y del voto femenino en el siglo XX. Hoy en día, las democracias existentes son distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre.

La democracia aparece por primera vez en muchas de las antiguas civilizaciones que organizaron sus instituciones sobre la base de los sistemas comunitarios e igualitarios tribales, la democracia tribal.

Entre los casos más conocidos se encuentra la breve experiencia de algunas ciudades estado de la Antigua Grecia, en especial Atenas alrededor del año 500 A. C. Las pequeñas dimensiones y la escasa población de las polis o ciudades griegas, explican la posibilidad que apareciera una asamblea del pueblo, de la que solo formaron parte los varones libres, excluyendo al 75 % de la población integrada por esclavos, mujeres y extranjeros.

La asamblea fue el símbolo de la democracia ateniense.

En la democracia griega no existía la representación, los cargos de gobierno eran ocupados alternativamente por todos los ciudadanos y la soberanía de la asamblea era absoluta. Estas restricciones y la reducida población de Atenas, unos 300 mil habitantes, permitieron minimizar las obvias dificultades logísticas de esta forma de gobierno.

En la América del siglo XII se formó la Liga Democrática y Constitucional de Haudenosaunee, integrada por las naciones Séneca, Cayuga, Oneida, Onondaga y Mohicanos, donde se consagraron los principios de limitación y división del poder, así como de igualdad democrática de hombres y mujeres. La democracia de Haudenosaunee ha sido considerada el antecedente más directo de la democracia moderna.​

Durante la Edad Media europea se utilizó el término democracias urbanas, para designar a las ciudades comerciales, sobre todo en Italia y Flandes, pero en realidad eran gobernadas por un régimen aristocrático. Existieron algunas democracias llamadas campesinas, como la de Islandia, cuyo primer Parlamento se reunió en 930 y la de los cantones suizos en el siglo XIII. A fines del siglo XII, se organizaron sobre principios democráticos las Cortes del Reino de León (1.188), inicialmente llamado Ayuntamiento, debido a que reunía representantes de todos los estamentos sociales.

En escritos como Guillermo de Ockham, Marsilio de Padua y Altusio aparecen concepciones sobre la soberanía del pueblo, consideradas revolucionarias y que más tarde serían recogidas por autores como Hobbes, Locke y Rousseau. En Europa este República de las Dos Naciones con sistema político de la mancomunidad, llamado Democracia de los Nobles o Libertad dorada, se caracterizaba por la limitación del poder del monarca por las leyes y la cámara legislativa (Sejm) controlada por la Nobleza de Polonia (Szlachta).

Este sistema fue precursor de los conceptos modernos de democracia, ​Monarquía constitucional, y federación.​

En Europa el protestantismo fomentó la reacción democrática al rechazar la autoridad del Papa, aunque hizo más fuerte el poder temporal de los príncipes. Desde el lado católico, la Escuela de Salamanca atacó la idea del poder de los reyes por designio divino, defendiendo que el pueblo era el receptor de la soberanía. A su vez, el pueblo podía retener la soberanía para sí, siendo la democracia la forma natural de gobierno, o bien cederla voluntariamente para dejarse gobernar por una monarquía.

En 1.653 se publicó en Inglaterra el Instrument of Government, donde se consagró la idea de la limitación del poder político mediante el establecimiento de garantías frente al posible abuso del poder real. A partir de 1.688 la democracia triunfante en Inglaterra se basó en el principio de libertad de discusión, ejercida sobre todo en el Parlamento.

En América la revolución de los comuneros de Paraguay de 1.735, sostuvo el principio democrático elaborado por José de Antequera y Castro: la voluntad del común es superior a la del propio rey. Por su parte, en Brasil, los afroamericanos que huyeron de la esclavitud a la que habían sido reducidos por los portugueses, se organizaron en repúblicas democráticas llamadas quilombos, como el Quilombo de los Palmares o el Quilombo de Macaco.

La Independencia de Estados Unidos en 1.776 establece un nuevo ideal para las instituciones políticas de base democráticas, expandido por la Revolución francesa de 1.789 y la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1.809-1.824), difundiendo las ideas liberales, los derechos humanos concretados en la Declaración de Derechos de Virginia y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el constitucionalismo y el derecho a la independencia, principios de la base ideológica sobre la que se desarrolló la evolución política de los siglos XIX y XX.

La suma de estas revoluciones se conoce como las Revoluciones burguesas.

Las constituciones de Estados Unidos de 1.787 con las enmiendas de 1.791, Venezuela en 1.811, España en 1.812, Francia en 1.848, y Argentina en 1.853 tienen características democráticas, que registrarán complejos avances y retrocesos. La evolución democrática inglesa fue mucho más lenta y se manifestó en las sucesivas reformas electorales a partir de 1.832 y que culminaron en 1.911 con la Parliament Act, que consagró la definitiva supremacía de la Cámara de los Comunes sobre la de los Lores.

En realidad recién puede hablarse de la aparición progresiva de países democráticos a partir del siglo XX, con la abolición de la esclavitud, la conquista del sufragio universal, el reconocimiento de la igualdad legal de las mujeres, el fin del colonialismo europeo, el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y las garantías de no discriminación para las minorías raciales y étnicas.

Clásicamente la democracia ha sido dividida en 2 grandes formas: Directa y Representativa.

Los tipos de democracia son:

Democracia indirecta o representativa: El pueblo se limita a elegir sus representantes para que deliberen y tomen las decisiones con el poder que el pueblo les otorga por medio del voto.

Democracia semidirecta o participativa: Algunos autores distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia semidirecta, que suele acompañar a la democracia indirecta. Aquí el pueblo se expresa en circunstancias particulares a través de 4 mecanismos:

Referéndum: El pueblo elige por sí o por no sobre una propuesta.

Plebiscito: El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma (constitución, ley, tratado).

Iniciativa popular: Un grupo de ciudadanos puede proponer la sanción o anulación de una ley.

Destitución popular, revocación de mandato o recall: Los ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizar su periodo.

Democracia directa: Es la democracia en estado puro, como la vivieron sus fundadores atenienses, y se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en asamblea. No existen representantes del pueblo, sino delegados portavoces del pueblo, que emiten el mandato asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no solo por los demócratas de la Antigua Grecia, sino para muchos pensadores modernos como Rousseau.

Democracia líquida: Clase de democracia directa en la que cada ciudadano tiene la posibilidad de votar cada decisión del parlamento y realizar propuestas, pero puede ceder su voto a un representante para decisiones en las que prefiere no participar.


Lic./Psic. J. A. Gòmez Gimènez.