miércoles, 13 de enero de 2021

¿Existieron los reyes magos?

De acuerdo con la tradición, los Reyes Magos tenían orígenes distintos: uno era europeo, otro asiático, árabe o del Medio Oriente, y el último, africano. Venían montados en un caballo, un camello y un elefante, y le dieron al niño Jesús tres regalos: oro, incienso y mirra, como símbolo de su triple naturaleza: como rey, como dios y como hombre.  Curiosamente, casi nada de eso se menciona en la Biblia, salvo por el Evangelio según San Mateo, en cuyo segundo capítulo se lee: 

"Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente, y venimos a adorarle" (Mt 2:2).  

Un poco más adelante, en el versículo 11, se mencionan los tres regalos: oro, incienso y mirra. En sueños son advertidos que no debían volver a ver al rey Herodes, por lo que eligen un camino distinto de vuelta a su tierra y en el relato bíblico no se vuelve a saber de ellos. ¿Por qué creemos que son reyes? Aunque el origen es nebuloso, se afirma que fue en el siglo III cuando Tertuliano, padre de la Iglesia, determinó nombrarlos reyes, ya que en la iconografía de ese tiempo se les representaba con ropajes lujosos, joyas y riquezas que sólo los monarcas podrían poseer. En el evangelio se habla de tres "magos que vinieron de Oriente".  Sin embargo, el texto no aclara sus nombres ni afirma en ningún sentido que se tratara de reyes. 

La confusión se debe a una traducción incorrecta de la palabra magi, que en latín es plural de magus, la cual a su vez deriva del griego μάγος, o magos.  Esta palabra es de origen persa y se refiere a una casta de sacerdotes seguidores del zoroastrismo que estudiaban los astros con la aspiración de hallar a Dios en ellos. Por sus conocimientos extraordinarios, la palabra magi nos llegó al español como magos, que entendemos como individuo con poderes sobrenaturales y con la capacidad de hacer magia. Pero los tres hombres sabios de Oriente lo único que hacían era practicar la astronomía.  

También en el siglo III se dedujo que se trataría de tres personajes, uno por cada regalo. En un notable mosaico del siglo VI, localizado en la Basílica de San Apolinar el Nuevo, en Rávena, Italia, aparecen por primera vez los tres Reyes Magos ataviados al modo persa, con el gorro frigio de los magos que sería sustituido por la corona de los reyes, cada uno con su nombre encima y representando diversas edades. 

En el Evangelio Armenio de la infancia de Jesús, considerado apócrifo y no reconocido por la Iglesia, se habla de Melkon de Persia, Gaspar de la India y Baltasar de Arabia.  Basado en este relato, el doctor de la Iglesia Beda el Venerable, describe en el siglo VII a los magos de Oriente como los conocemos hoy, siendo Melchor el más viejo y el que porta el oro, Gaspar el de mediana edad con incienso y el joven Baltasar con mirra. Sería hasta el siglo XV que la iconografía cristiana los representaría encarnando a las tres razas conocidas en la Edad Media: Melchor personificando a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar a los africanos.  

Pero… ¿realmente eran Tres? ¿eran Reyes? ¿eran Magos? ¿eran de Oriente?...

Pues la verdad es que nadie se pone de acuerdo sobre estas cuestiones. Se busque donde se busque encontraremos un sin fin de respuestas diferentes y casi todas ellas fundamentadas. Al no ser la Biblia un libro con una “fiabilidad” del 100 % hace que nos encontremos que en las Santas Escrituras hayan continuas contradicciones en muchísimos acontecimientos allí relatados.

La historia más difundida acerca de esta tradición nos indica:

(…)Vinieron de Oriente, en número de tres, guiándose por una estrella (celebérrimamente conocida como La estrella de Belén) que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús). Antes de llegar, encontraron al gobernador Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño; y, así, poder ir él también a adorarle. En realidad, lo que quería era darle muerte, por eso ordenó la Matanza de los Santos Inocentes.(…)

Incluso se habla de la condición de éstos como Poetas, lo cual nos describe sus formas de ser:

(…) Melchor, Gaspar y Baltasar eran poetas. Lo cual no es de extrañar, dada su afición a pasar horas y horas contemplando la inmensidad del cielo y a calibrar el alma de los hombres. Lo que casi nadie sabe es que los tres ya se conocían antes del asunto de la gran estrella. Aquella que descubrieron casi al mismo tiempo y que les llevaría ante la presencia de la eternidad: Dios hecho niño. El caso es que se conocían por asuntos de libros, de los pergaminos y rollos de entonces. Poseían tres de las mejores bibliotecas de aquella época. Era tal su pasión que llegó un momento en que dejaron de lado a intermediarios y mensajeros, e incluso a los siempre beneficiosos espías. Y comenzaron a cartearse entre ellos.(…) (…) Gaspar era un hombre de extremada sensibilidad y le daba más por lo lírico. Su cántico causaba una gran emoción en quien le leía o escuchaba, y se centraba mucho en la naturaleza, en la belleza de la luz cuando jugaba al escondite con las cosas. Melchor y Baltasar le admiraban. Gracias a su poesía ese intercambio epistolar fue haciéndose más íntimo, se fue llenando de confidencias y ahondamientos. Se contaban sus anhelos más profundos, sus deseos más rotundos. Eran ya amigos.(…)

Otro de los enigmas de los Reyes Magos más estudiados es la naturaleza del brillante astro que les condujo hasta el pesebre de Jesús. Para muchos autores no era sino un cometa o meteoro luminoso. Hay quien mantiene que pudo tratarse del cometa Halley. Kepler, en 1.606, afirmó que pudo nacer de la conjunción triple de dos planeta, Saturno y Júpiter, en la constelación de Piscis. 

Por último, en la biblioteca de la Universidad de Salamanca se encuentra un curioso códice del siglo XV, titulado Historia de los Reyes Magos. Plagado de citas del Antiguo Testamento, relata la trayectoria de estos durante y después de la adoración. Destaca el episodio de las tentaciones que sufrieron los tres Reyes a cargo de Satanás.

Del mismo modo se sabe que en 1.164, el emperador alemán Federico Barbarroja, después de invadir con su ejército la ciudad de Milán, se apropió de las Reliquias de los Reyes Magos y las regaló a la ciudad de Colonia. Eran las mismas que fueron trasladadas desde la Tierra Santa a Milán. Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia para ver el rico tesoro de los legendarios Reyes Magos. 

Así, en 1.248 inició la construcción de una catedral que estaría a la altura de tal tesoro, la de Colonia. Hoy, dicha catedral es uno de los monumentos góticos más impresionantes de Europa cuya construcción duró más de 600 años. Un detalle particular y muy original es que, la torre no está rematada por una cruz, sino por una estrella.

Entonces ¿existieron los reyes magos?...


Feliz año 2.021.


Lic./Psic. J. A. Gòmez Gimènez.

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