La evolución de la Educación en Venezuela
se realizó de forma lenta. Desde el inicio del siglo XX y hasta finalizada la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1948-58), las escuelas que impartían la educación
primaria y secundaria, además de las restantes instituciones como las de
educación superior fueron creciendo lentamente, pero a principios de la década
de los años 60 la educación venezolana presentó una expansión espectacular,
estimulado por un proceso de masificación educativa que se tornó favorable y un
aumento en el acceso a la educación de forma notoria para todas las clases
sociales del país.
Por
lo tanto, no es de extrañar que el gran desarrollo del sector educativo en
Venezuela para los años 60, se deba principalmente a la caída de la dictadura, que trajo profundos cambios al sistema educativo,
entre los que destacan el inicio del proceso conocido con el nombre de la Democratización
de la enseñanza, con especial atención a los sectores de educación primaria y
secundaria, por lo que se crearon nuevas instituciones y se incrementó el
número de maestros y profesores. Una segunda explicación posterior de este
desarrollo del sistema educativo se encuentra ligada al entorno
económico favorable que presentaba el país para los años 70, sustentado entre
otras cosas al aumento de los precios del petróleo en los mercados
internacionales, lo cual permitió la entrada de grandes cantidades de divisas
al país, situación no esperada en la historia reciente de la renta petrolera en
la cual se apoyaba el Estado Venezolano.
Es
así como se inicia una política educativa agresiva, sustentada en la teoría del
Capital Humano la cual se encuentra de manera explicita en el V Plan De La Nación , donde el Estado
Venezolano se fija una política desarrollista para las áreas económico y
social, incluyendo la educación.
En
atención a lo anterior, en este artículo se realizará un recorrido relacionado
al comportamiento legal y matricular de la educación preescolar, primaria, secundaria
y superior en los últimos 52 años, y se podrá apreciar de una forma más
ilustrativa, las tendencias tanto positivas como negativas, del sistema formal
de la educación. Para ello se utilizaron datos recopilados basados en las
cifras oficiales publicadas por el Ministerio de Educación, a través de
diversas publicaciones entre las cuales destacan las estadísticas educacionales
y memoria y cuenta (1950 hasta 2002) referente a matrículas iniciales del
sistema educativo nacional.
Educación
Preescolar
Durante la época en que
se inicia la democracia en Venezuela (1958), la educación preescolar estaba en
un alto porcentaje en manos del sector privado, eso trajo como consecuencia que
solo podían tener acceso a ella, niños cuyos recursos económicos le permitieran
a sus padres pagar este tipo de planteles, los demás tenían que esperar los
siete años de edad para ingresar a la escuela. Debido al inminente desarrollo
de la educación preescolar en el país, cuyo crecimiento para el año 1964 se
ubica en atención a 21.800 niños aproximadamente, de un universo que rondaba 957.000
niños que conformaban la población escolar para ese año, precisamente en el
periodo que va desde 1964 hasta 1969 se crea la oficina de planeamiento integral
de la educación del ministerio de educación (EDUPLAN), donde estaba adscrita la
subcomisión de educación preescolar cuyo objetivo primordial fue elaborar el
programa, las guías de estudios y otros instrumentos curriculares del nivel.
Por otra parte, es de hacer
notar que la educación preescolar fue institucionalizada como nivel obligatorio
del sistema educativo en la Ley
de Educación de 1980, debido a que antes era una dependencia adscrita a la
educación primaria y secundaria, pero es a partir de esta fecha cuando
realmente es considerada obligatoria y como requisito indispensable para entrar
a la educación primaria. En
lo que respecta al año 1952 la educación preescolar contaba con apenas 10.578
niños matriculados, esta proporción representa sólo el 0,19 % de la población
total para ese año. Para el año 1980, es decir, 28 años después, el sistema
contaba con 344.287 niños inscritos en la educación preescolar, cifra que
representaba el 2,28 % de la población total, lo cual indica un crecimiento
promedio interanual del 14,2 % para el periodo 1952-80 que es a todas luces
espectacular.
Cabe
señalar que para el año 2002 la matrícula de educación preescolar asciende a
863.364 niños inscritos, lo cual representa un 3,4% de la población total y
donde se observa un incremento interanual desde los años 80 de 4,4% en
promedio.
A juzgar por lo
anterior, la tasa de crecimiento interanual de la matrícula de educación
preescolar ha mostrado un comportamiento en concordancia con la historia
socio-económica de Venezuela, tanto que para el período 1952 hasta 1980, la
tasa de crecimiento promedio interanual de los inscritos en preescolar se situó
en un 14,2 %, la más alta de todos los niveles educativos, pero el aumento mas
alto se observa precisamente en el periodo lectivo 1974-75 donde el crecimiento
de la matrícula es del 63,5 % con respecto al año anterior, claramente esta
cifra coincide con las altas tasas de crecimiento económico y poblacional que experimentó
el país en la década de los años 70.
Consecuentemente,
dicho comportamiento se estanca a principios de los años 80 hasta el año 2002,
registrando una leve recuperación para 1982 (22,3 %), esto se le atribuye a una
clara expansión del sistema educativo acompañada de la creación de
instituciones privadas en este nivel y a una alta capacidad de pago a este
servicio favorable para todos los niveles de la población.
Es importante
observar que en la segunda mitad de la década de los años 80 el crecimiento de
este nivel educativo no fue favorable en comparación con años anteriores y la
tendencia indicaba que con las políticas actuales del sector educativo, no
existe posibilidad de recuperar los niveles arrojados en los años 70. No es
para nada aventurado afirmar que el bajo comportamiento matricular en el nivel
de preescolar para los años 90, se deba explícitamente al déficit presente en
la clase media baja y baja de la población que no pudo cubrir las necesidades
de educación de sus niños.
Por ende estos
resultados sugieren que para la clase alta y media alta de la población ya se
tenían cubiertas las necesidades de educación de los niños en edades
comprendidas de 4 a
6 años. No obstante, en lo que respecta a la tasa de crecimiento de la
matrícula de educación preescolar para los últimos 50 años, esta se ubicó en un
10 % anual en promedio, tasa que se encuentra acorde con el comportamiento de
la tasa de crecimiento poblacional arrojada para el mismo periodo de estudio.
Educación
Primaria
En cuanto a la educación primaria, la
misma tiene su base legal en la
Ley de Educación (1980), donde se establece como principal
meta, la contribución del profesor a la formación integral del alumno, según la
Ley de Educación de ese mismo año.
Por otra parte, cabe señalar que
durante la década de los años 70 se realizaron reformas educativas, en las
cuales se rediseñaron planes y programas con la finalidad de aumentar la
cobertura de la educación primaria. Posteriormente en la década de los años 80
es iniciada con la aprobación de la
Ley de Educación y el 13 de junio de 1980 se decreta la
creación del subsistema de educación básica cuya duración de nueve años. Por su
parte este nivel educativo básico se consolida en 1988, mediante los
instrumentos requeridos para tal fin, tales como: programas de estudio y
manuales del docente, además se incluye la educación ambiental en el diseño
curricular de la misma.
Finalmente, para el periodo 1990-94,
se implementa una series de políticas que permitieron adaptar al venezolano a
las necesidades y requerimientos del país, tomando en cuenta que dentro del
sistema curricular debían incorporarse asignaturas como Educación para el
trabajo, concibiendo la educación como una tarea a lo largo de la vida del
estudiante, además de la enseñanza de valores elementales tales como el de
libertad, solidaridad y justicia, entre otros.
En lo que
respecta a la educación primaria se aprecia que para 1950, los niños inscritos
en este nivel totalizaron en 471.799 representando el 10 % de la población
total, para el año 1960 el incremento de la matrícula es espectacular,
1.074.434 niños se encontraban inscritos en todas la escuelas primarias del
país, la cifra representa el 14 % de la población total en ese año, y la tasa
de crecimiento interanual promedio de la matrícula total durante la década de
los años 50 fue del 8 %, resultado que no es de extrañar para la presente
expansión educativa en esa década.
Sin embargo,
para la década de los años 80 el crecimiento en la matrícula se hace más lento,
los registros muestran que para 1980 el número de matriculados en este nivel
totalizó en 2.456.815, representando el 16,28 % de la población total, para los
años 90 se registraron 3.036.219 niños inscritos en primaria (15,27 % de la
población total) y en las cifras disponibles para el año 2002 la matrícula
totalizó en 3.506.780, representado el 13,97 % de la población total, lo cual
permite apreciar de forma notoria la disminución consecuente de dicha matrícula
desde los años 90.
El
balance de los resultados en la educación primaria revelan que desde 1950 hasta
el 2002 la tasa de crecimiento interanual de los alumnos inscritos en todas las
escuelas primarias nacionales se sitúa en alrededor del 4 % anual. Se observa
un interesante incremento interanual de la matrícula en educación primaria para
1960 del 22,5 %, la tasa más alta registrada hasta ahora en este nivel. El
incremento notorio es producto precisamente del proceso democrático estimulado
por las políticas educativas hacia la masificación de la escuela primaria en
todo el país. Al igual que en los registros de educación preescolar, la gran
parte de la población tenía acceso a las escuelas primarias, públicas y
privadas, gracias a los altos niveles de equidad con los que contaba el país en
esa época. Del mismo modo, se puede observar un notorio estancamiento en el
crecimiento de este nivel educativo desde principios de los años 80, el cual se
ha mantenido relativamente estable hasta principios de los años 90 arrojando
una tasa de crecimiento promedio interanual del 2,14 %.
La gran
disminución de la matrícula registrada hasta los momentos es justificable por
el hecho que, es precisamente en este nivel donde se observan altos niveles de
deserción, el cual han influido de forma significativa sobre el crecimiento de
los alumnos inscritos en las escuelas primarias.
La deserción es
uno de los problemas recurrentes de la educación primaria en Venezuela, algunos
la llaman Expulsión escolar y representa una magnitud tan alta en el país, que
existe la posibilidad de afirmar que, si no se resuelve este problema a tiempo,
el país seguirá disminuyendo sus posibilidades de salir del subdesarrollo. Si
bien es cierto, una gran parte no determinada de estos niños regresan al sistema
educativo en la modalidad de educación de adultos, es posible que mucho más de
la mitad todavía quede desprovista de los medios elementales para llevar una
vida humana digna.
En ello radica
la importancia de estimular el desarrollo en este nivel a través de políticas
de inversión en educación eficientes con la finalidad de poder dotar a la gran
mayoría, de las necesidades fundamentales para el desarrollo intelectual a
temprana edad.
Educación
Secundaria
Este nivel se fundamenta
en las finalidades generales y especificas contempladas en la Ley de Educación (1980), entre
las cuales destacan: la consecución del proceso formativo del alumno el cual ha
sido iniciado en los niveles que la preceden, además de ampliar el desarrollo
integral del alumno y su formación cultural, así como también, que el alumno
posea la capacidad de definir el campo de estudio futuro para que pueda
incorporarse al trabajo productivo.
Por otra parte, el plan de estudio de
educación secundaria se basa en el conjunto de asignaturas orientadas a ampliar
el rango de aprendizaje de los alumnos en cuanto a los aspectos, culturales,
psicológicos y pedagógicos, establecidos en la normativa legal vigente para
este nivel.
Es importante mencionar, que para la
inserción de los egresados de la educación secundaria a la educación superior,
se toman en consideración un conjunto de normas establecidas en el proceso
nacional de admisión a la educación superior el cual es supervisado por el
consejo nacional de universidades (CNE). Entre las cuales destacan: el ingreso
a través de la oficina de planificación del sector universitario (OPSU), el
cual por medio del sistema de preinscripción oferta a todos los aspirantes la
posibilidad de ingresar a las diferentes instituciones de educación superior,
cuyo principal requisito para optar a la preinscripción es la presentación de
la prueba de aptitud académica (PAA), cuyo resultado, promediado con el record
académico de los aspirantes, conformarán el índice académico, que será el
indicador que decide la oportunidad del alumno.
Por otra parte la segunda forma de
ingreso, esta compuesta por las diferentes pruebas que ofertan cada
universidad, en las distintas carreras, sin embargo para optar a esta opción el
alumno deberá estar preinscrito. Igualmente el crecimiento de la matrícula en
el sub sector de la educación secundaria, al igual que preescolar y primaria,
es también notoria durante el periodo de estudio.
En tanto
que para el año 1950, donde no existían tantas escuelas secundarias como ahora,
el número de inscritos para ese año fue de 26.954 jóvenes, lo cual representó un 0,5 % de la población total, es
decir, menos del 1 % de la población para ese año, este resultado indica que
para 1950 el 10 % de la población total estudiaba primaria y sólo el 0,5 %
realizaba estudios de secundaria. A comienzos del periodo democrático estas
tendencias empiezan a incrementarse, debido al aumento del número de escuelas a
nivel nacional, tanto que para 1960 la matrícula de educación secundaria fue de
127.198 jóvenes representando un 1,6 % de la población total, esto implica que
desde 1958, alrededor de 50.000 jóvenes iniciaron estudios de secundaria en
solo 3 años.
Debido al crecimiento
de la matrícula en los años 60 y al aumento del número de instituciones
educativas para el mismo periodo, la misma se ubicó para principios de los años
80 en 820.660 alumnos inscritos, representando un 5,4 % de la población total,
es decir, el número de jóvenes que iniciaron estudios secundarios entre 1960 y
1980 fue de casi 700.000 jóvenes, representando un aumento interanual del 10 %
respectivamente en 20 años. Es importante tener en cuenta que al igual que en
primaria, la deserción a este nivel se hace latente para la primera mitad de la
década de los años 80, y puede apreciarse claramente un crecimiento muy lento
hasta finales de los años 90 y una recuperación a principios del 2000.
Es por ello que
la tasa de crecimiento interanual de la matrícula de educación secundaria se ha
incrementado en los últimos 52 años en 9 % aproximadamente, y el crecimiento
más notorio ocurrió a finales de la década de los años 50 y en la primera mitad
de los años 60, donde la tasa de crecimiento promedio interanual fue del 17,54 %
en ese intervalo de años. Debe resaltarse el hecho que dicha tasa fue la más
alta registrada hasta ahora para este nivel educativo.
Posteriormente,
se puede apreciar una disminución de dicha tasa en la segunda mitad de la
década de los años 60 ubicándose en 9 % aproximadamente. En el resto de los
años, desde principios de los años 70 hasta las puertas del 2002, la tasa de
crecimiento promedio interanual de los inscritos en la educación secundaria
disminuyó en 5 % aproximadamente y se mantuvo más o menos estable a excepción
de una leve recuperación en el periodo 70-84 donde la tasa de crecimiento
interanual fue en promedio 7 %, pero esta recuperación significó un efecto
compensación, ya que las tasas fueron negativas para los años 73, 79 y 80,
ubicándose en un 8 % en promedio, lo que implica una disminución en términos
reales de 1 % en la tasa de crecimiento, cifra que no parece indicar tanta
gravedad en la evolución de la educación secundaria para el periodo 70-84.
Educación Superior
Es importante destacar, que como
consecuencia del auge petrolero de la década de los años 50 la educación
en Venezuela no era considerada como una prioridad para el gobierno, debido a
que para la época las necesidades de mano de obra calificada eran solucionadas
con la inmigración europea de empleados técnicos y profesionales. Para 1950, en
Venezuela existían únicamente 3 universidades, la Central , la de los Andes y
la del Zulia, debido a que en el periodo de dictadura los estudiantes
universitarios eran los principales opositores del gobierno. Por otra parte,
con el levantamiento de la democracia en 1958, nace la autonomía del sector
universitario, y el auge de las mismas, además del aumento de la renta
petrolera y de la implantación del modelo de sustitución de importaciones, el
cual permitió un rápido crecimiento de las instituciones que impartían la
educación superior.
Sin embargo, este incremento de
instituciones no ha garantizado el aumento de la calidad sino más bien todo lo
contrario, ya que proliferaban las instituciones que no reunían los requisitos
mínimos para un trabajo académico digno de considerarse en ese nivel superior.
Para 1970, se
poseían aproximadamente 12 instituciones, de las cuales 9 eran públicas. Sin
embargo para ese mismo año, se implementó una reforma en la Ley
de Universidades que tuvo como principal propósito tener un mayor control por
parte del gobierno sobre las universidades, tanto en lo académico,
administrativo y financiero entre otros. En ella se le confiere más poder al
Consejo Nacional de Universidades (CNU), otorgándole nuevas funciones en lo
concerniente a responsabilidades normativas y la distribución del presupuesto
de las universidades públicas, además se crea la Oficina de Planificación
del Sector Universitario (OPSU) como organismo se asesoría técnica del CNU en
cuanto a la programación de las mismas.
Finalmente en 1980 existían 62 instituciones aproximadamente, de las
cuales 13 eran universidades públicas, además en ese año el Congreso
Nacional aprueba una Ley Orgánica de Educación más avanzada, con el fin de
reorientar el desarrollo de este sector e introduce nuevos elementos que
servirían para sistematizar la heterogeneidad institucional presente en la
época.
Por
otra parte, con relación al subsistema de educación superior, las cifras muestran un incremento acelerado en el tamaño
de la matrícula a finales de los años 50 y este se acentúa a principios de los
años 70. En tanto que para la década de los años 50 el número de inscritos en
las universidades totalizó 22.000 alumnos aproximadamente, lo cual representó
sólo el 0,3 % de la población total, este registro aumentó en 85.000 alumnos
universitarios inscritos para los años 70, un 0,8 % de la población total,
300.000 en los años 80 (2,4 % de la población para ese año), luego se duplica
en los años 90 a
600.000 alumnos inscritos aproximadamente representando un 3 % de la población
total y finalmente para el 2002 la cifra asciende a casi 900.000 estudiantes
universitarios inscritos en el sistema, lo que significa un 4 % aproximadamente
de los 23 millones de habitantes que se encuentran en el país.
Vale la pena destacar, que este incremento de la matricula en la
educación superior vino acompañado por la inserción de la mujer en este sector
durante las últimas tres décadas, sobre todo en áreas de conocimiento que antes
eran dominadas por el hombre, entre las cuales destacan las Ciencias sociales,
Las Ciencias de la Educación ,
aunque en menor medida también destaca la incorporación de la mujer en el área
de ingeniería, arquitectura y Tecnología.
Por otra parte,
en lo que respecta a la tasa de crecimiento interanual de la matrícula en la
educación superior, ésta demuestra que en promedio el sistema ha crecido a una
tasa del 15 % los últimos 52 años, cifra bastante alta para los acontecimientos
pocos positivos por los que ha trascurrido este nivel educativo desde la década
de los años 50 hasta ahora. En este marco, se observa que la tasa de
crecimiento interanual más pronunciada de la matrícula universitaria se
presenta a mediados de los años 50 ubicándose en un promedio de 38,6 % anual,
tasa que es muy favorable a pesar que en el país existían apenas tres
universidades, y este sector no estaba en su máximo desarrollo,
Del mismo modo,
se puede observar que dicha tasa presenta una clara disminución desde
principios de los años 60 hasta una recuperación observada en la primera mitad
de los años 70, la tasa de crecimiento promedio interanual para ese periodo se
ubicó en 13,19 %. Cabe señalar, que durante los años 70 esta tasa de
crecimiento aumentó 3 puntos en comparación con la arrojada a finales de los
60, ubicándose en casi 16 % para esos años. Luego disminuye nuevamente a
principios de los 80 manteniéndose más o menos estable hasta finales del año
2000 teniendo ésta un valor promedio de crecimiento interanual del 5 %. Para el
año 2002 esta tasa se recupera 5 puntos y cierra el ciclo con una tasa de
crecimiento promedio del 10 % en solo 2 años.
La
desaceleración en la matrícula de educación superior a partir de los años 80,
puede ser explicada por diversos motivos. Primero por el hecho que el
crecimiento de la matrícula llega a su tope de máximo crecimiento en el año 73
(23 %). Por otra parte, hay que señalar la situación por la que atravesó el
país y en general América Latina durante la década de los años 80, la cual fue
denominada por algunos autores como la Década Perdida, en todos los aspectos.
A modo de
resumen la evolución de la educación en Venezuela ha tenido sus efectos
positivos y negativos, pero dicho comportamiento no es de extrañarse si
recordamos que los cambios en el sistema educativo venezolano han sido muy
lentos, y aunado a esto a través de nuestra historia contemporánea hemos
experimentado cambios dramáticos en el crecimiento poblacional, en la
tecnología, y la economía en general, por lo tanto, no es de extrañarse los
efectos observados en las tasas matriculares de los diferentes niveles
educativos, las cuales se deben fundamentalmente a una serie de ineficiencias
que se han hecho más evidentes con la actual crisis económica por la cual
atraviesa el país, además, de la disminución de los recursos económicos que
antes hacían posible disimular tales ineficiencias, entre las cuales destacan:
la falta de capacitación docente en los diferentes niveles educativos, la baja
calidad de los servicios que ofrecen las instituciones públicas, entre otras.
Por otro lado, es
importante acotar que ha habido un avance significativo en la incorporación de
la mujer, en todos los estratos del sistema educativo y en especial al de la
educación superior, por ello en los últimos años se ha observado una gran
inclusión en la matrícula universitaria de la mujer, lo cual se evidencia en
que las mismas forman parte en muchas carreras universitarias, compitiendo
abiertamente en el mercado laboral con los hombres.
Por consiguiente, la mujer
venezolana ha incrementado de manera notable su participación en el mercado
laboral, ello se debe por un lado, al aumento de la necesidad que ha tenido la
mujer de obtener ingresos adicionales para el mantenimiento de su hogar o
colaboración al mismo, y por el otro al incremento del número de hogares donde
la madre es la jefe del mismo. De tal manera que estos acontecimientos han
aportado al establecimiento de un nuevo patrón, donde la participación de la
mujer venezolana en la actividad económica del país ha venido incrementándose.
Aunado a esto hay que acotar la crisis económica que ha azotado al país desde
1980 hasta nuestros días, lo cual ha venido presionando a las mujeres, a tal
punto que las mismas en la búsqueda de una solución se ven en la necesidad de
conseguir un trabajo, que les permita alcanzar un nivel que en algunos casos,
llega a la subsistencia de ellas y su familia.
Lic./Psic. J. A. Gòmez Gimènez.