martes, 26 de abril de 2022

Nostos, de Unai San Martín


A través de 105 heliograbados, organizados en 7 secciones temáticas, Unai San Martín nos invita a abstraernos en imágenes de paisajes, detalles urbanos y objetos sin detenernos en el dato físico de su ubicación, o las posibles historias que encierran. La sencilla y, a la vez, rotunda belleza de las imágenes retiene nuestra atención y nos hace viajar y conectar con esos sentimientos y sensaciones personales que forman el recorrido biográfico de cada uno. En tiempos en los que el ritmo frenético de imágenes y sonidos deja poco espacio para recrearnos en lo que nos rodea, Unai nos propone una forma de regreso —nostos, en griego— a la naturaleza, nuestra casa originaria, en actitud contemplativa y de reflexión, una forma de ralentización perceptiva exenta de añoranza.

 

No son muchos los/las artistas que se atreven con esta técnica, antigua y compleja, del heliograbado. Es un proceso especial en el que la imagen se transfiere a una plancha de cobre o zinc, que se entinta, y se imprime sobre un papel de calidad, al pasarlo por un tórculo de grabado.

 

Esta técnica se desarrolló a finales del siglo XIX para poder reproducir múltiples copias de fotografías. Tuvo un gran apogeo en las primeras décadas del siglo XX y se utilizó en publicaciones e importantes revistas como Camera Work, dirigida por Alfred Stieglitz. Sin embargo, la llegada de nuevas y más baratas tecnologías, como el offset, hicieron que el cuidadoso y, por lo tanto, más caro proceso del heliograbado no pudiera competir comercialmente. Sin embargo, la singularidad y calidad de las imágenes obtenidas con heliograbado ha llevado a algunos artistas contemporáneos a escoger esta técnica para imprimir sus imágenes.

 



EL ARTISTA:





Unai San Martín comenzó su trayectoria artística como pintor, y se apartó de la pintura después de su paso por el Morley College, Londres, en 1989 y el Pratt Institute, Nueva York, donde estudió y desarrolló su visión creativa a través del photogravure (heliograbado), en la que se fusiona el arte de la fotografía y el del grabado.

 

Dicha técnica se empezó a utilizar en el siglo XIX, y a esa época, tanto por el tratamiento técnico como por su punto de vista, remiten algunos de los códigos que utiliza. Imágenes donde la experta mano del autor consigue que la tinta manche el papel de algodón con una rica gama de tonos que van desde un intenso negro al casi blanco del papel, invitando al espectador atento a dejarse envolver por las atmósferas que recrea y a deleitarse en los detalles de la imagen.

 

Se estableció en San Francisco en 1998. Ha impartido clases en el Kala Art Institute de Berkeley (California), así como numerosos talleres de heliograbado a nivel internacional. Además, ha trabajado y colaborado como experto en esta técnica con artistas como Moriyama, Araki, o Sidibé. Su trabajo ha sido premiado por La Calcografía Nacional, Gure Artea, o el Marin Arts Council (California). Su obra forma parte de colecciones privadas y públicas como la Bancroft Library, UC Berkeley, el Museo Nacional Reina Sofía, o el Houston Museum of Fine Arts, Texas, entre otras.

 

Su obra ha sido presentada por galerías nacionales como Altxerri o La Caja Negra, pero ha sido expuesta principalmente en Estados Unidos y Perú. En 2017 tuvo sus últimas exposiciones individuales en San Anselmo (California, Estados Unidos) y en Guangxi (China).

 

Unai San Martín no solo es creador de sus propias imágenes, sino también un maestro grabador que ha impreso el trabajo de renombrados artistas internacionales del momento.

 




Gracias por leerme.

Hacer Historia es Hacer Patria.

J. A. Gómez Giménez.

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