La formación y consolidación de la conciencia nacional en algunos países,
fue una de las bases para la creación de los Estados-Naciones y la aparición de
las ideologías nacionalistas, al igual que la lucha del liberalismo y otros
movimientos progresivos que estuvieron contra el absolutismo y el
conservadorismo, para ampliar los derechos políticos del pueblo.
Estas cuestiones resultan muy importantes puesto que Simón Rodríguez y en
especial Simón Bolívar, se esforzaron por crear y fortalecer repúblicas de la América
antes Española, para la cual asignaron una importancia a
En este sentido, la formación de los estados nacionales es un proceso de
larga duración, en el cual intervienen numerosos factores y que en cada país ha
tenido su propia modalidad. La diversidad de circunstancias que provocaron la
constitución de los Estados-Naciones y las popularidades de cada situación,
dificultan la extracción de conclusiones generales aplicables a todos los
países, por lo que es recomendable estudiar cada caso en particular.
El Estado-Nacional como forma de organización política de los distintos
países, fue el resultado necesario del desarrollo del Capitalismo.
Así mismo; Bello decía que “La riqueza de un país no consiste siempre en
su crédito y en sus recursos pecuniarios: es preciso que, además, sepa
proveerse así mismo; y cuando haya llegado a este estado, entonces debe
considerarse, no solamente rico, sino también libre e independiente”.
El desarrollo político de
La Ilustración fue un movimiento heterogéneo y sumamente complejo de los Europeos
en contra los sectores conservadores. El liberalismo político representó la
culminación de un proceso cuyos orígenes pueden encontrarse en la lucha de las
ciudades para mantenerse libres frente a los soberanos (siglo XI en el Norte de
Italia); este pensamiento adquirió gran fuerza durante el Renacimiento (siglos
XV y XVI) e hizo eclosión en el siglo XVIII con
Puede considerarse como la culminación de un lento proceso de maduración
intelectual-científica iniciada durante el renacimiento. Este proceso estuvo
impulsado por el desarrollo de la actividad manufacturera y por el aumento del
poder económico de
Locke, en relación a las
concepciones políticas sostenía que la soberanía residía en el pueblo, dependía
el Régimen Parlamentario, propuso la división de los poderes y propugnaba la
igualdad social, la inviolabilidad de la vida, el derecho a la propiedad y a la
libertad personal.
Según Locke “aquello que da inicio y constituye en realidad a una
sociedad política no es más que el consenso de un grupo de hombres libres
capaces de formar una mayoría para unirse e incorporarse a tal sociedad. Y esto
y sólo esto es lo que dio o pudo dar principio a cualquier gobierno legítimo
del mundo”.
Las características generales de este movimiento en las ideas de los
pensadores son: se considera la experiencia sensible como el punto de partida
para el conocimiento del mundo; la naturaleza y la sociedad están regidas por
leyes constantes que podían conocerse mediante la razón; el logro de la
felicidad era tan considerado como el fin de la actividad humana; los
intelectuales se esforzaron por encontrar reglas sólidas que permitieran lograr
la felicidad humana, se alentó el individualismo y la libertad individual, se
atribuía a la ciencia y a la técnica un papel fundamental para el logro del
progreso social y la felicidad; se consideraba la educación del pueblo como el
medio más idóneo para el perfeccionamiento del hombre y el progreso social.
Por otra parte, el Despotismo Ilustrado o Absolutismo Ilustrado, es un
movimiento originado desde el poder por algunos Monarcas Europeos, el cual
ocurrió paralelo a
Los Monarcas Ilustrados tuvieron rasgos comunes: Buscaron el consejo de filósofos, tendieron a
centralizar el poder y a organizar el Estado. Con la realización de su política
los soberanos lograron la centralización política y la unidad económica de sus
reinos como consecuencia de la eliminación del poder de los sectores feudales.
El Despotismo Ilustrado se caracterizó porque la razón debía guiar
siempre las decisiones de los soberanos; la realización de obras de
infraestructura que facilitaran el proceso económico fue una constante; los
monarcas intentaron realizar reformas para modificar las relaciones feudales.
Otra idea política fue El Romanticismo Político, que se manifestó con dos
corrientes principales. Una de ellas enfrentándose a las nuevas ideas
económicas y políticas y a los movimientos revolucionarios de la época. La otra
corriente acentuó la tendencia individualista y libertaria del Romanticismo, se
enfrentó al absolutismo y reivindicó la primacía de los Derechos Individuales
frente al estado y llegó a confundirse con el liberalismo.
Juan Jacobo Rouseau (1.712-1.778), puede considerarse uno de los
iniciadores del Romanticismo y en especial de la corriente libertaria,
estableció la primacía de los sentimientos y de las virtudes morales sobre
ésta; es por ello que se le ubica como uno de los precursores más importantes
del romanticismo.
De igual forma, se consolidó un movimiento político a mediados del siglo
IX. Sus fuentes inmediatas fueron
El liberalismo se desarrolló en el marco social de la revolución
industrial, del crecimiento de la burguesía y del ascenso de esta clase a
posiciones políticas dominantes y específicamente al poder político. La
doctrina liberal expresó los intereses de ideología de la burguesía; también
coincidía con las inquietudes de los intelectuales, de los pequeños
propietarios y de la pequeña burguesía en formación, es decir, la clase media.
En el aspecto político, los liberales basaron la organización de la
sociedad en el pacto social, cuya expresión era la constitución nacional; esta
fijaba los derechos y deberes de los ciudadanos y los protegía de la
intromisión del gobierno y en su libertad y los negocios particulares; al
gobierno se le concebía como una función política, una creación del cuerpo
político; además, impusieron la conocida división de los poderes legislativo,
ejecutivo, judicial.
En lo intelectual, el liberalismo se caracterizó por proclamar la
tolerancia religiosa, el respeto a todas las ideas, y creyó que podría lograrse
el cambio progresista de la sociedad mediante la extensión de la educación.
Así, Saint Simon, Owen Y Fourrier, notables figuras del pensamiento
utópico fueron unos virulentos y consecuentes críticos de la sociedad
capitalista, y manifestaron gran simpatía por los obreros y el pueblo en
general. Propusieron proyectos de organización social ideales, donde reinara la
igualdad y la justicia sociales, convirtiéndose en emporios de felicidad en
este mundo para todos los seres humanos.
Los utópicos creían que estas nuevas sociedades podían lograrse al
convencer de sus bondades a empresarios y gobernantes, y al persuadirlos de la
necesidad de reformar a la sociedad, dándole una organización racional que
permitiera mejorar la situación material y cultural de los obreros y de los
demás sectores del pueblo.
Los tres utópicos y sus seguidores dieron origen a movimientos conocidos
como Sansimonismo, Owenismo y Fourrierismo, que pervivieron después de la
muerte de esos grandes hombres y que aún subsisten. Los movimientos utópicos se
caracterizaron por su insistencia en llevar a cabo sus proyectos a pesar de sus
continuos fracasos; crearon periódicos, revistas, cooperativas, centros de
estudio, facilitando así la organización de los trabajadores en torno a los movimientos
socialistas y educándolos en estas ideas:
El Sansimonismo, iniciado por Enrique de Saint Simon (1.760-1.825), tuvo
connotados seguidores, entre los cuales cabe destacar a San Armando Bazar (1.791-
1.823), Olinto Rodríguez (1.794-1.851) y Próspero Enfantin (1.796-1.864). Saint
Simon, fue defensor de la propiedad privada, pero los bancos estarían
constituidos por fondos comunes de los productores quienes los dominarían. El
estado, tal como se conoce, desaparecería y estaría constituido por un conjunto
de industrias y bancos que regularían el proceso productivo.
A pesar de promover profundas transformaciones sociales, Saint Simon se
oponía a la violencia revolucionaria y pensaba poder lograr su propuesta
socialista por medios pacíficos, convenciendo de las bondades de la nueva
organización social a los gobernantes políticos y empresarios. Los seguidores
de Saint Simon divulgaron sus ideas, pero a diferencia de éste, llegaron a pensar
en la abolición de la propiedad privada, la cual veían como la causa de la explotación
de los obreros, de la miseria y de la desigualdad social; el proceso de
abolición de la propiedad privada se haría paulatinamente, anulando el derecho
de herencia.
El Fourrierismo, fue un movimiento iniciado por Carlos Fourrier (1.772-1.837),
quien fue connacional y contemporáneo de Saint Simon, al cual sobrevivió doce
años. Fourrier era empleado de comercio, lo que le permitió aprehender los
mecanismos mercantiles y aproximarse al conocimiento de las relaciones
capitalistas para someterlas a la crítica. En los seguidores de Fourrier
predominaban las personas de la clase media intelectuales, profesionales,
pequeños comerciantes, artesanos.
El Owenismo, creado por Roberto Owen (1.771-1.859), hijo de artesano, se
convirtió en patrono de una fábrica de hilados en Escocia, donde entró en
contacto con los obreros y se percató de su miseria y de los abusos que se
cometían con los niños trabajadores; esto le hizo concebir medidas para mejorar
la condición social de los trabajadores y proyectos de transformación social,
los cuales intentó llevarlos a la práctica, en ellos, la educación tenía una
gran importancia. También afirmaba que el ser humano es el resultado del medio
social, por lo que era necesario cambiarlo y, educar a los obreros y a sus
hijos.
Simón Rodríguez (1.771-1.854), fue un pensador utópico, otros personajes
de esta misma tendencia de pensamiento fueron José Ignacio Abreu e Lima (1.797-
1.869) y Flora Tristán (1.803-1.844).
Con palabras de Ángel Rama: “La
vigencia del pensamiento de Simón Rodríguez, que hoy resplandece intacto como
si acabara de formularse para las sociedades latinoamericanas del presente, se
debe tanto a su constitutivo fundamento democrático, elaborado en el crisol
optimista de iluminismo y de la revolución emancipadora, como al fracaso de los
Estados nacidos de la independencia para llevar a cabo las doctrinas de
redención social que animaron el movimiento libertador.”
Simón Bolívar, su concepto de estabilidad y de orden socio-político, así
como su idea de virtud política, de libertad, de igualdad, su oposición a la
esclavitud, su preocupación por la justicia social, su concepción de la
política como servicio público y su lucha contra la corrupción, debieron
incomodar a muchos liberales.
Por su parte, Rodríguez también se consideraba liberal, pero criticó el
liberalismo económico, el cual no creía adecuado para las repúblicas de la América
antes Española, y también se opuso al excesivo individualismo. Por otra parte,
Rodríguez compartía con el Libertador la idea de Estado y de Gobierno, y los
conceptos de libertad, igualdad, justicia social, de virtud política y de la
política como servicio público.
Bolívar y Rodríguez, sin descartar las libertades individuales, dieron
preeminencia a la interpretación socio-política de la libertad, la cual unieron
al bien común. Sin embargo, a pesar de las diferencias que tuvieron con los
grupos liberales, los dos personajes compartieron en sus líneas generales los
ideales del liberalismo ante expuestos.
Es por esto que ambos personajes dieron una gran importancia política a
la primera escuela, institución que consideraban básica para consolidar las
Repúblicas, pues, como dijo Simón Rodríguez estas estaban “Establecidas pero no
Fundadas”, y precisamente la escuela primaria debía contribuir a darles su
fundamento, es decir, debía educar para la construcción nacional.
La primera escuela o escuela primaria cumplía con dos propósitos, que se
mantienen en actual educación básica, uno individual que se refiere a la
autorrealización personal, es decir, se orienta hacia la formación y desarrollo
de los niños y jóvenes en los aspectos intelectual, moral y físico; y el otro
de carácter social. El propósito social debe cumplir con tres funciones
asignadas a la Escuela:
La Sociopolítica, en ella se pueden distinguir cuatro aspectos: educar el
amor y a la patria y en el sentimiento nacionalista, educar para la defensa del
sistema socioeconómico y político, y para la participación política; educar la
participación en la sociedad civil; y educar para la cooperación internacional.
La Sociocultural, que puede manifestarse con múltiples aspectos: la
cultura general; la cultura histórica y geográfica; la cultura filosófica; la
cultura científica; la cultura ética y humanística; la cultura religiosa; la
cultura idiomática y literaria; la cultura artística; la cultura sanitaria; la
cultura ecológica; la cultura nacional y regional.
La técnica o instrumental, cuyo propósito es preparar al discente para
que pueda proseguir estudios y/o, por otra parte, capacitarlo para que pueda
incorporar al trabajo.
La escuela primaria era, para la época, la institución más idónea para
educar la población. Bolívar dio una gran importancia a esta escuela pero
también se ocupó de los otros niveles y modalidades. Sin embargo, a pesar de la
importancia que dio a la educación escolar, el Libertador tuvo una visión
amplia de la educación, que trascendía esa forma de educación. La concebía como
un proceso social global del cual eran responsables distintos agentes, pero
teniendo el estado la mayor responsabilidad.
En relación a su cualidad, es sabido que Bolívar consideraba que las
leyes debían ser propias del país, adecuada a su realidad, basarse en su
cultura propensa a la transformación social, ser sencillas y conformar un todo
coherente, de manera que el ciudadano sintiera las leyes como suyas, y no
impuestas y ajenas a él.
La educación con el ejemplo también era muy importante en la educación
escolar, y en particular en la escuela primaria. En ella, la educación debía
trascender la mera instrucción, por lo cual los docentes debían ser personas
que pudieran ser ejemplo para sus discípulos.
La educación escolar fue una de las cuestiones que ameritó la atención
preferente del Libertador, además se esforzó por poner en práctica la idea de
la educación popular vigente en su época, que se expresaba en la generalización
y obligatoriedad de la escuela primaria.
Es importante señalar que el decreto del 5 de diciembre de 1.829, daba una
gran importancia a la educación moral en la escuela primaria. También se ocupó
de los colegios, que eran institutos educacionales que preparaban a los jóvenes
para su ingreso en la Universidad. La relación que existía entre estos dos
tipos de instituciones debió motivar la intención de ligarlas más
estrechamente, para así poder coordinar mejor su acción educativa. Estas
disposiciones debieron responder a la necesidad de desarrollar los estudios
universitarios.
El Libertador creía que
Estos intelectuales debían tener a su cargo la responsabilidad de lograr
la cohesión ideológica de la población del estado-nacional, en torno a la moral
social y los intereses de los grupos dominantes, que debían legitimar con su
trabajo intelectual.
La aspiración de Bolívar de modernizar y actualizar
En el aspecto académico, los Estatutos Republicanos organizaron
Para estudiar en la facultades de teología, jurisprudencia y medicina era
necesario aprobar los tres años de los cursos de la facultad de filosofía, en
la cual se ingresaba previa aprobación de los cursos de latín y de literatura
(retórica) o de haber demostrado el dominio de las materias mediante la
presentación de un examen. En estos aspectos se mantuvo el criterio de
En relación a la actualización y modernización de los planes de estudio,
debemos distinguir los estudios profesionales y los de filosofía y letras.
Estos últimos cursos, cada uno en su ámbito, mantuvieron los propósitos de
lograr la cohesión ideológica de todos los cursantes universitarios, de
dotarlos de una sólida cultura general y humanística básicas, y de prepararlos
para proseguir estudios en
Finalmente, en los decretos buscan el propósito político de lograr la
coherencia y cohesión ideológica en los estudiantes y egresados de la
universidad, de manera que pudieran cumplir a cabalidad el rol de grado
intermedio. La formación ideológica se fundamentaría en la doctrina y valores
del catolicismo. Se puede presumir que Simón Bolívar acogió este criterio
debido a que seguramente vislumbró en la religión católica y su iglesia las
“reservas morales” que pudieran enfrentar la corrupción, la ausencia de virtud
política en los dirigentes y la crisis de la moral social que percibía y
denunció en repetidas oportunidades.
También es importante señalar que los requisitos de ingreso a
Lic./Psic. J. A. Gómez Giménez.