Desde el corazón de la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), Ernesto Villegas Poljak, figura polifacética que conjuga en su ser al periodista, al escritor y al ministro, presentó su novela “Maja mía”. La obra surgió de las entrañas de la memoria y el amor filial, fruto de un año entero de escritura robada a las madrugadas.
Este libro, el quinto publicado por Villegas, es un canto a la resiliencia, un homenaje a las raíces que se niegan a ser arrancadas por los vientos de la historia. El autor lo describe como un esfuerzo de reconstrucción histórica sobre la vida de su madre, Maja Poljak, escrito con ocasión de los 100 años de su nacimiento.
En la Sala Filven se reunieron Cósimo Mandrillo, narrador y autor ganador de la VII Bienal Nacional de Literatura Gustavo Pereira; la periodista y directora editorial Klara Aguilar, el dramaturgo Pablo García Gámez y el autor, Ernesto Villegas, ministro del Poder Popular para la Cultura.
Al hablar de “Maja Mía”, Mandrilo alabó que más allá del relato familiar, la obra enriquece el panorama del lector en su tratamiento de los hechos históricos y del contexto social que envuelve a sus personajes, producto de una intensa investigación.
“Lo familiar es el hilo conductor del relato, pero a medida que va contando las peripecias de su familia, el traslado de un país a otro y las persecuciones, va tejiendo un bagaje de conocimiento y de información con respecto a lo que acontecía en el contexto mundial. De esa manera, el libro deja de ser simplemente una crónica familiar”, expresó Mandrillo.
También aplaudió el análisis que ofrece sobre la situación en Venezuela. “No es la información escueta de un historiador, es información vista a través de los ojos de una persona que vivió acuciosamente esa realidad, analíticamente a través de lo que escribe y del tipo de lucha que libraba Maja Poljak”, expresó.
Un personaje fantástico
García Gámez recordó con gran afecto a “la señora Maja”, como solía llamarle desde que la conoció siendo niño, cuando trabajaba con su madre. En la obra, la describe como “un personaje fantástico”, de una militancia muy arraigada y que hacía todo en función del bien social.
“Es una mujer que enfrentó a la sociedad de su momento, que llegó a Venezuela aprendiendo el idioma y al poco tiempo escribía en periódicos. Una mujer que intuye lo que 30 o 40 años después llamamos feminismo, esa desigualdad que hay en la sociedad a partir de los géneros”, expresó García Gámez, rescatando esta obra como un saldo a favor de la memoria histórica y la lucha personal.
Con la pluma como brújula y el corazón como mapa, Villegas Poljak guía al lector por los laberintos del siglo XX a través de los ojos de Maja, su madre, quien como un Ulises moderno atravesó océanos de incertidumbre huyendo de la sombra nazi que azotó a Europa a finales de los años 40, para finalmente anclar su destino en las cálidas costas venezolanas.
En su intervención, Villegas agradeció la presencia de familiares y amigos entrañables, y la oportunidad de poder compartir sobre la vida de su madre. “Sus decisiones permitieron que estemos nosotros aquí con ustedes, porque ninguno de estos Villegas aquí presentes seríamos los mismos. Todo ha sido posible gracias a ella, el mejor legado fue su unión con el negro Cruz Villegas”.
No, en el nombre de Maja
Como autor, leyó un fragmento de la dedicatoria de su obra: “A las niñas y niños víctimas del holocausto europeo, de la conquista y colonización de América y África, del genocidio en curso en Palestina”. Además, recordó una expresión entre judíos y descendientes de judíos opuestos al genocidio en Palestina: “No en nuestro nombre”, y agregó el ministro: “y yo diría no, en el nombre de Maja”.
“Maja mía” trasciende lo individual para convertirse en un testimonio universal de resistencia y esperanza. En sus páginas, gestadas en los intersticios entre el deber público y la pasión privada, se reivindica la personalidad de una increíble mujer. Maja emerge de estas páginas, no como un apéndice de la historia de otros, sino como protagonista de su propia odisea. Periodista, militante, revolucionaria; cada faceta de su ser brilla con luz propia, desafiando los estereotipos y las simplificaciones.
La obra, publicada bajo el sello “Nosotros mismos”, es un acto de amor filial y un ejercicio de justicia histórica. Es un recordatorio de que nuestras vivencias son hilos en el gran tapiz de la historia universal, y que cada vida, por aparentemente pequeña que sea, contiene en sí misma la semilla de lo extraordinario.
En la Filven, entre estantes repletos de mundos por descubrir, “Maja mía” se alza como un faro, invitándonos a explorar la vida de una mujer excepcional y también los recovecos de nuestra propia humanidad.
Gracias
por leerme.
Hacer
Cultura es Hacer Patria.
J.
A. Gómez Giménez.
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