La Galería de Arte Nacional (GAN) es habitualmente un espacio silencioso y poco concurrido. Quien la transita lo hace con un protocolo que raya en el sosiego. Pero luego de la inauguración de la 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), el 11 de julio, esta imponente estructura capitalina se llenó de un bullicio prolongado a lo largo de sus extensos y espaciosos pasillos y salas.
La fiesta literaria vino a dinamizar este coloso de las artes, al llenarlo de gente, de pueblo y de multiplicidad de voces. La jornada de este lunes no fue tan distinta a la del fin de semana. Las nueve salas dispuestas para albergar las charlas, conferencias, conversatorios y presentaciones de libros, entre otras actividades, se mantuvieron llenas de público.
Aquí los protagonistas son los escritores e investigadores.
Varios vienen a presentar sus historias de ficción; otros, a contar sus testimonios de vida. También están quienes comparten el resultado de sus trabajos de investigaciones y ensayos. A ellos se suman poetas que, con el don de sus rimas, nos regalan balsámicos versos.
A ellos se suma la multitud de espectadores, curiosos y lectores, o quienes permanecen todos estos días de feria trabajando en esta gran fiesta literaria.
Al transitar por los pasillos de la GAN es imposible no detenerse ante los relatos que cuentan sus protagonistas. Algunas son historias llenas de alegría y de magia, muy propias de las letras y de sus finales felices: otras, por el contrario, son muy tristes y de profundo impacto humano, como el relato de Alberta Cova Lara, quien estuvo este lunes en la presentación del libro “La Caja de los Truenos”, del escritor nacional homenajeado, Benito Yrady.
Esta “novela testimonio” narra la historia de vida de tres mujeres campesinas y afrodescendientes, con sus angustias y sueños. Una de estas mujeres es Alberta, declarada patrimonio cultural viviente del estado Sucre y maestra honoraria de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte). Ella encontró en la cultura su refugio y la posibilidad de sobrevivir al dolor, a la herida grave, al infortunio, a lo inevitable.
El valor de la patria, de nuestra historia y de nuestros héroes, es otra antorcha encendida en esta feria que lleva implícito el sentimiento venezolano.
En este sentido, este lunes la investigadora Mirla Alcibíades y la escritora Laura Antillano analizaron la influencia literaria de las novelistas venezolanas en el siglo XIX y XX, especialmente Teresa de la Parra, autora de “Ifigenia”, novela homenajeada por su centenario en esta edición de la Filven.
En el mayor encuentro editorial de nuestro país, también se abordó el impacto de figuras como Lina López de Arámburu, María Navarrete, Zulima Blanca y Trinidad Benitez López, quienes dejaron en alto la literatura venezolana con sus obras.
Espacio para nuevos talentos
Así como se le da cabida a obras y a escritores venezolanos consagrados, también se le da voz a otros autores nóveles del país, como José Luis Vásquez, quien presentó y bautizó su libro “Cuentos de papelera”, ganador del XVII Concurso para Autores Inéditos convocado por Monte Ávila Editores (2023), en la mención narrativa (cuentos).
A partir de sus primeras palabras, Vásquez presentó su obra desde la honestidad, al afirmar que como escritor se siente como un niño de seis años, a pesar de que cronológicamente ya se encuentra en plena adultez.
Oriundo del pueblo de Urachiche, estado Yaracuy, viene de la ciencia y la tecnología: es ingeniero electrónico y profesor de física. “Pero ahora he tomado una tercera profesión, la de escritor”, dijo este creador, quien se dedicó a escribir cuentos y novelas cortas a partir de 2018, después de salir jubilado.
La presencia del pueblo afro, como una muestra de inclusión y de democracia participativa, también es una bandera enarbolada en esta Filven, que tiene a Sudáfrica como país homenajeado.
En este contexto, tres mujeres integrantes del movimiento afrovenezolano ofrecieron un emotivo y maravilloso conversatorio llamado “Presencia Negra en la Filven”. Solciré Pérez, poeta, licenciada en Letras de la Universidad Central de Venezuela y militante del movimiento Cumbe Nacional Afrovenezolano; Beatriz Aiffil, escritora, “militante del orgullo, de la conciencia negra” y del Cumbe Nacional Afrovenezolano; y María Isabel Blanco, titular del Consejo Nacional para el Desarrollo de las Comunidades Afrodescendientes de Venezuela (Conadecafro), explicaron que la intención del encuentro fue “dar a conocer cómo ha sido el recorrido del movimiento social afrovenezolano”.
En ese mismo tema, en el Foro Internacional titulado “Narrativas de Mujer. Narrativas, subjetividad, autoras, mujeres y sociedad” la diputada de la Asamblea Nacional por el sector afrodescendiente, Casimira Monasterios, habló de oralitura (literatura popular anónima que se transmite de generación en generación a través de la oralidad), para referirse a “lo que nuestros ancestros nos heredaron: sus sentimientos, sus tragedias y su sentir desde la esclavitud”. De ahí que la escritura ha estado ligada a sus tradiciones, cultura y manera de ser.
La nativa de Curiepe y autora de la obra «Parto del pueblo cimarrón», relató que su principal pasión es escribir ensayos, ya que le otorgan la libertad de abordar cualquier tema. “Escribo sobre lo que yo creo, lo que pienso, teniendo siempre presente que la otra cara de la libertad es la responsabilidad de asumir lo que digo. Eso lo descubrí a los 12 años, cuando tuve que escribir un ensayo sobre mi hermano”.
Relatos como estos son una constante en las salas de la GAN, donde la mayor fiesta literaria de Venezuela ha venido a romper el silencio en torno al libro, para conectar a nuestro pueblo con un evento que enaltece la palabra, la memoria, el conocimiento en las distintas áreas del saber y el gentilicio nacional.
La 20ª Feria Internacional del Libro de Venezuela permanecerá abierta al público hasta el domingo 21 de julio. Su programación puede ser consultada en la página web www.filven.com
Gracias
por leerme.
Hacer
Cultura es Hacer Patria.
J.
A. Gómez Giménez.